* Los líderes europeos parecen influenciados por el proceder de Chamberlain y Daladier, lo que abrió las puertas a los nazis para iniciar la Segunda Guerra Mundial. Occidente, Europa está en posición de impedir que se repita el error, porque el costo sería mayor al pagado entre 1939 y 1945. No se trata del temor a la guerra nuclear, sino a la devastación y posterior muerte por hambre y enfermedades. Parece que Emmanuel Macron adquiere el tamaño de líder europeo con la inteligencia y voluntad para hacer comprender a sus pares, que para ser es -por esta ocasión- imposible ceder. El futuro es sombrío
Gregorio Ortega Molina
Aferrarse a lo que se aleja es una necedad política. Volodimir Zelenski lo comprendió después de tres años de invasión rusa, lo que menos desea es que se le disgregue la nación y regresen a la dependencia absoluta como lo fue con la Unión Soviética.
Con toda certeza su concepto de soberanía es totalmente diferente al que aquí mueven los políticos para mangonear a la sociedad. Su permanencia como nación exige un trueque. Negociar con las exigencias del poder imperial de ninguna manera disminuye su soberanía.
¿Qué tiene Ucrania que es tan codiciado, y por qué debe formar parte de la Comunidad Europea e integrarse a la OTAN como miembro con derechos? Los análisis de los especialistas nos dan la información para entender la dimensión real de la importancia de esa nación.
“En medio de las negociaciones de paz entre ambos Estados, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, busca lograr un acuerdo con su par ucraniano, Volodimir Zelenski, para el acceso a minerales y tierras raras del país europeo, medida que considera clave para finalizar el conflicto armado; en detalle, Ucrania posee 21 de las 30 sustancias que la Unión Europea (UE) define como materias primas críticas, lo que representa alrededor del 5% de las reservas mundiales”.
Zelenski está dispuesto a compartir con Estados Unidos la explotación de los minerales y el fruto de la producción de las tierras raras; con toda certeza, en ningún momento lo detuvo un anquilosado concepto de soberanía, sino la necesidad de ser una patria, una identidad nacional, cuya fortaleza reside en la capacidad de negociar esos recursos naturales tan codiciados.
Insisto, como lo señalé ya en textos anteriores, los líderes europeos parecen influenciados por el proceder de Chamberlain y Daladier, lo que abrió las puertas a los nazis para iniciar la Segunda Guerra Mundial. Occidente, Europa está en posición de impedir que se repita el error, porque el costo sería mayor al pagado entre 1939 y 1945. No se trata del temor a la guerra nuclear, sino a la devastación y posterior muerte por hambre y enfermedades.
Parece que Emmanuel Macron adquiere el tamaño de líder europeo con la inteligencia y voluntad para hacer comprender a sus pares, que para ser es -por esta ocasión- imposible ceder. El futuro es sombrío.
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