Por: José Alberto Sánchez Nava
“La historia juzgará a quienes, desde el poder, callan, ocultan, tergiversan y minimizan las desapariciones en México. La justicia, tarde o temprano, alcanzará a aquellos que transformaron la esperanza en pesadilla.”
I.-Introducción: El Futuro Robado
En México, la juventud no construye sueños; excava fosas. No teje proyectos de vida; hila redes de desesperanza. Los años perdidos de una generación entera no son solo una tragedia humana: son el síntoma de un régimen que ha convertido la democracia en una farsa y los derechos humanos en moneda de cambio. Las desapariciones de miles de jóvenes —muchos de ellos engañados con falsas promesas de empleo y arrastrados al abismo del crimen organizado— no son casos aislados. Son el resultado de un sistema que, desde sus cimientos, prioriza el control corporativista sobre la dignidad ciudadana. Y mientras el país arde, las reformas constitucionales del 31 de octubre de 2024 no solo consolidan este infierno, sino que lo blindan bajo una falsa legalidad.
- El Engaño: Juventud entre Desaparecidos y Sicarios
La desaparición forzada de jóvenes que buscaban trabajo no es un fenómeno nuevo, pero sí una herida que sangra con cinismo institucional. El Estado mexicano, históricamente ausente en la creación de oportunidades, ha permitido que el crimen organizado se convierta en el “empleador” de última instancia. Estos grupos, ávidos de reclutar sicarios, explotan la necesidad de una generación abandonada.
Independientemente del reclutamiento bajo engaños de empleos lícitos por parte de grupos delincuenciales ¿por qué un joven elegiría el crimen? La respuesta está en la estructura perversa de un sistema que ofrece dádivas constitucionales —programas sociales necesarios, pero manipulados— para comprar lealtades, mientras niega empleos formales, educación de calidad y seguridad. El mensaje es claro: “No te daremos futuro, pero te cambiaremos migajas por silencio”. Así, el corporativismo posrevolucionario renace bajo nuevas siglas, perpetuando un círculo vicioso donde la pobreza alimenta la violencia y la violencia justifica más control.
III. 31 de Octubre de 2024: El Día que la Constitución Murió
La reforma publicada ese día en el Diario Oficial no es una mera enmienda legal: es un golpe de Estado técnico. Al prohibir impugnar cualquier modificación constitucional —incluidas aquellas que violen derechos humanos—, Morena y sus aliados han dinamitado el equilibrio de poderes. El artículo 107 y el 105 reformados no blindan a la Constitución; la convierten en un juguete del Ejecutivo.
- El Poder Judicial, último dique contra el autoritarismo, queda maniatado. ¿De qué sirve una Corte si no puede revisar leyes que, por ejemplo, justifiquen la militarización o criminalicen la protesta?
- El control de convencionalidad, piedra angular de los derechos humanos, se desvanece. México incumplirá tratados internacionales, pero ¿qué importa si las víctimas ya no tienen tribunales a los que acudir?
Este no es un acto de “fortalecimiento institucional”, como alega el gobierno. Es la confesión de un régimen que teme al escrutinio. Si sus reformas fueran legítimas, no necesitarían blindarse de la justicia.
- La Dictadura Humanizada: El Corporativismo del Siglo XXI
La estrategia del poder actual no se sustenta en ideologías sinceras, sino en un maquiavélico uso de la retórica progresista. Bajo un manto de discursos inclusivos se oculta la verdadera esencia del control:
- Dádivas Condicionadas: Los programas sociales, vitales para millones, se han transformado en herramientas para forjar lealtades incondicionales, reviviendo ecos de un corporativismo que oprime y margina.
- Narrativa de la Inseguridad: La violencia se ha convertido en el pretexto para concentrar el poder, donde la crítica se equipara, erróneamente, con la traición a la patria y a la seguridad nacional.
- Elecciones como Escenario: Los comicios, aunque formales, carecen ya de la esencia democrática. Sin pesos y contrapesos reales, se han transformado en rituales simbólicos en un sistema que privilegia la continuidad del poder sobre la voz del pueblo.
- Juventud sin Futuro, País sin Brújula
Los jóvenes mexicanos no son víctimas pasivas; son resistentes en un sistema diseñado para aplastarlos. Pero su lucha es desigual:
- Los desaparecidos (más de 100,000 según registros) son el símbolo de un Estado fallido.
- Los reclutados por el crimen son el reflejo de una economía que expulsa en vez de incluir.
- Los estudiantes y activistas enfrentan un doble peligro: el crimen que los mata y el Estado que los reprime.
Mientras tanto, la reforma del 31 de octubre asegura que nadie —ni jueces, ni organismos internacionales— podrán exigir cuentas. La Constitución, lejos de ser “la casa de todos”, será el cuartel del poder.
VI.-Conclusión: ¿Resistir o Rendirse?
México vive un punto de inflexión: o rescatamos la democracia de sus secuestradores, o normalizamos la dictadura constitucional. La lucha no es solo política; es existencial.
- A la sociedad civil: Documentar, denunciar, movilizarse. Los derechos no se mendigan; se arrancan.
- Al Poder Judicial: Su complicidad o su valentía definirán si la justicia sobrevive.
- A la comunidad internacional: México necesita más que observadores; necesita aliados dispuestos a sancionar el autoritarismo.
Que nunca más un joven sea forzado a erigir su propia tumba ni condene a las futuras generaciones a heredar un legado de sombras y desesperanza. Cada acto de valentía es un grito que desmantela la fatalidad, abriendo paso a un futuro en el que la esperanza y la justicia reinen. El 31 de octubre de 2024 no debe sellar el ocaso de la democracia, sino marcar el amanecer de una lucha decidida, donde el coraje de la juventud transforme el dolor en el motor de una revolución que forje un destino digno para todos.