Aunque Pese
Por Salvador Martínez G.
En la compleja geopolítica actual, México enfrenta una difícil realidad marcada por una vecindad de más de tres mil kilómetros con Estados Unidos, naciones unidas por siempre.
La eterna relación binacional de necesidad, desconfianza, fricciones históricas e interdependencia obligan a nuestro gobierno a actuar con mucha cautela, sin arrebatos, como hasta ahora lo ha hecho la presidenta Claudia Sheinbaum, ante un arrogante e intrusivo Donald Trump.
Las diferencias políticas, de proyecto de nación han sido entre Estados Unidos y México muy amplias y quizás hoy más, pero la comunión geográfica establece temas comunes y torales como la migración, el tráfico de enervantes y el comercio, cada uno con sus complejidades y actualmente bajo la pretensión unidireccional de Trump.
Es indudable la asimetría entre ambas naciones, la primer potencia mundial, frente a un país de mucho menor tamaño, pero con un fuerte y creciente peso en lo geopolítico, con una fortaleza cultural y una decisión de autonomía, siempre prevaleciente.
Difícil anticipar lo que pueda suceder en los siguientes meses y años, definitivamente será un largo y sinuoso camino en los que no se llegarán a acuerdos definitivos, sino apenas coyunturales para salvar de una crisis mayor que en nada conviene a México, pero tampoco a Estados Unidos, que ha visto decrecer su influencia en el ámbito internacional.
SUSURROS
La debacle financiera y crisis política impuesta al mundo en sólo tres meses del mandato de Trump en la Casa Blanca habla más de la insensatez que de una estrategia de poder, por ello no extraña que la turbulencia afecte directamente a los propios Estados Unidos que han visto caer sus mercados hasta en 17 por ciento.
Paradójicamente, la moneda mexicana no sólo se ha mantenido fuerte, sino que ha recuperado un cuatro por ciento en su paridad frente al dólar, ubicándose con cotizaciones por debajo de las veinte unidades por divisa verde.
Debe quedar claro que estas fluctuaciones no son para vanagloriarse porque la sombra de la recesión amenaza al mundo entero y para México parece ser destino infranqueable, por más que recién Fitch Ratings ratifico la calificación de la deuda nacional en BBB- con perspectiva estable.
El comercio global caerá, el crecimiento de la economía mundial se prevé menor a la media histórica de los últimos veinte años con un 3.3 por ciento de alza, en el mejor de los casos; la estadounidense quizás logre salvar la recesión, pero será de una tasa muy baja, mientras que China se mantendrá con buenos niveles de crecimiento al igual que la India, nación con la que ha establecido buenas relaciones y alianzas.
El futuro incierto y peligroso.
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