Pablo Gato
Trump subió los aranceles a la inmensa mayoría de países, pero en especial a China. Trump se jactó (en público) de que decenas de países le estaban “besando el trasero” para que les bajaran los aranceles.
China también se los subió a EEUU como represalia, pero agregó que no entraría en ese juego y que no tenía nada más que hablar hasta que Trump cambiara su política. Y mantuvo su posición.
El efecto de la subida de aranceles de forma masiva e indiscriminada por parte de Trump ha provocado enormes bajadas en los mercados y en el valor del dólar.
Diversas organizaciones multilaterales declararon hoy que esos aranceles provocarían que la economía se desacelerara peligrosamente, así como una subida de precios e inflación.
Trump, finalmente, se vio obligado a rectificar y ya anuncia que los aranceles se bajarán radicalmente.
Los demócratas afirman que Trump no hace más que improvisar, que no tiene ningún tipo de estrategia y que ha creado innecesariamente este caos para al final dejar las cosas prácticamente como estaban antes.
Sin embargo, agregan, la caída de los mercados ha destruido los ahorros de millones de personas y han generado gran desconfianza en los inversores.
Muchos sacaron su dinero de EEUU ante la constante incertidumbre de las políticas de Trump.
Los aranceles y la retórica de Trump también han distanciado menormente de EEUU a los aliados tradicionales de Washington, como Canadá o la Unión Europea.
Los defensores de Trump afirman que todo son tácticas negociadoras. Sus críticos, que no tiene ni la más remota idea de lo que hace.