La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
El principal problema es la falta de oftalmólogos que curen los palos de ciego de los gobernantes
Si tenemos claro que, no obstante, el discurso oficial, México es un país subdesarrollado, podremos entender las problemáticas del sistema de Salud Pública: a pesar del compromiso de muchos de sus integrantes, no satisface los requerimientos de los derechohabientes.
En términos de un estudioso de la economía política, diríamos que estos sucesos en el sector aludido, son resultado de las causas estructurales del subdesarrollo.
Sin embargo, es irresponsable que, como parte de la propaganda gubernamental, se pretenda cacarear, ad nauseam, que ya contamos con servicios de salud gratuitos, semejantes a los de un país escandinavo, lo cual, es una burla para todos los que mueren o sufren alguna disfunción, por falta de atención médica, ni que decir de los familiares.
Así pues, apenas esta semana, un bebé fue atendido con un casco encefálico hechizo, el evento, ocurrido en un hospital comunitario en Macuspana, provocó que separaran del cargo a los directivos.
Pero, agregado al hecho de los pacientes que pierden la vida por la falta de medicamentos oncológicos, ahora tenemos niños muriendo por tosferina y un preocupante brote de sarampión, padecimientos que creíamos superados.
Insistimos, el fenómeno no se generó hace seis años, pero, sin duda, la inoperancia administrativa en ese lapso de tiempo, ha inducido que se profundice. La ficción literaria puede resultar admirable, la de los políticos, en cualquier sentido, es detestable.