Por: José Alberto Sánchez Nava
“La traición a la Constitución —gestada en la cúspide del Poder Judicial— no es sólo la violación de un enunciado, sino la amputación de las raíces que sostienen al Estado de derecho.”
1.- Introducción.
Sede de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en Ciudad de México. El 5 de noviembre de 2024, la Corte debatió la Reforma Judicial impulsada por el partido gobernante. Ese día “estaba en juego la revisión de un proyecto” para invalidar disposiciones de la reforma, consideradas un intento de consolidar el poder del Ejecutivo y de minar los contrapesos constitucionales. Sin embargo, la falta de los ocho votos necesarios dejó subsistente la reforma en vigor, un desenlace que provocó alarma. Para muchos juristas, el peligro era claro: se abría la puerta a un Poder Ejecutivo sin límites, debilitando la autonomía judicial y el equilibrio de poderes.
En esa votación decisiva surgió la sorpresa: el ministro Alberto Pérez Dayán –históricamente visto como defensor de la Corte– sorprendió al votar a favor de mantener la reforma. Dayán justificó su voto diciendo que no apoyaría “lo que llamó ‘una insensatez’ respondiendo con otra”. Estas palabras, lejos de calmar, encendieron críticas. Otros ministros replicaron airadamente que “lo realmente insensato sería ignorar el impacto de una reforma que provocará el surgimiento de un poder centralista y sin contrapesos”. En efecto, observadores concluyeron que al eludir un análisis profundo Dayán abría la puerta a excesos del Ejecutivo, comprometiendo seriamente la independencia judicial Además, su inesperado giro alimentó rumores de presiones políticas: se señaló que el gobierno suele usar investigaciones judiciales contra críticos, incluso acusaciones en su contra, como método de coacción. En un clima tan tenso, la autonomía del Poder Judicial quedó fragilizada.
2.- “Te he calificado de traidor”: el reproche de Monroy
La indignación no se limitó a despachos y redes. El 25 de abril de 2025, en un foro jurídico en Mérida (Yucatán), el magistrado en retiro Pablo Vicente Monroy confrontó públicamente al ministro. Los reportes noticiosos recogen sus palabras: “Monroy … increpó a Alberto Pérez Dayán… calificándolo de traidor por no haber votado en su momento a favor del proyecto de sentencia que invalidaba una parte de la reforma al Poder Judicial, con el que se evitaría la elección de jueces, magistrados y ministros”. Monroy explicó que, como consecuencia del voto de Dayán en contra del proyecto, hoy “entre los que buscan un cargo judicial hay juzgadores que defendieron a narcotraficantes o tendrían algún nexo con el crimen organizado”.
Monroy fue incluso más allá en su crítica, recordando el juramento constitucional que hacen los jueces. Ante los asistentes, le dijo: “Cuando nos designan jueces o magistrados, rendimos una protesta, decimos que protestamos honrar la Constitución y protegerla… yo creo que esa protesta… no la cumpliste, la traicionaste… yo te he calificado de traidor y te lo digo de frente” Estas palabras refuerzan la imagen de Dayán no solo como un error político, sino como una quiebra de confianza. Monroy imploró ver “las consecuencias… por ese voto” de Dayán, señalando que ahora se encuentran perfilados una gran cantidad de perfiles a “candidatos a jueces que son personas ligadas al narco”. Su alusión a la traición es explícita: el ministro, al actuar contra lo prometido, habría apuñalado de espaldas al Estado de Derecho.
“Bruto y César” (1800), de Christian Fædder Høyer. El eco de la traición histórica resuena en este cuadro: César lee los augurios mientras el espectro de Bruto anuncia su destino. En efecto, el reproche de Monroy evoca imágenes literarias e históricas. La escena recuerda la del Senado romano donde, apuñalado por su protegido, Julio César exclamó “¿Et tu, Brute?”. Ese momento trágico —narrado por Plutarco y dramatizado por Shakespeare— se ha convertido en arquetipo de traición. Dayán, ministro investido para custodiar la Constitución, fue acusado por uno de los suyos de incrustar un puñal al estado de derecho. La comparación es consciente: así como la puñalada de Bruto desangró a César, la «traición» de Dayán hiere al corazón mismo de la república.
La metáfora de Bruto no es un simple recurso retórico. A lo largo de la historia, la lealtad del custodio de la ley ha sido sagrada. Cuando un juez o magistrado opta por sostener poderes fuera de la Carta Magna, la legitimidad del sistema se resiente. La abstención de análisis en la Corte fue vista como evasión de su deber de defensa constitucional. Si incluso los heraldos del derecho desertan de su misión, se corre el riesgo de que todo el edificio jurídico se venga abajo.
3.- Llamado a la defensa de la autonomía judicial
Este episodio debería sonar como una alarma para toda la sociedad, pero fundamentalmente para la comunidad jurídica mexicana, toda vez, que la Suprema Corte tiene “la obligación histórica de actuar con independencia y valor” en momentos críticos, de lo contrario, “el costo para la democracia mexicana será altísimo y podría ser irreversible” En otras palabras, si no se reconstituyen los contrapesos y la Corte no cumple su papel como freno al poder absoluto, nuestra república puede perder su equilibrio.
Por ello, no basta con señalar culpas: es hora de actuar. Los jueces, magistrados, fiscales y abogados —junto con académicos y organizaciones del derecho— deben denunciar cualquier presión indebida sobre los juzgadores. Asimismo, cabe promover reformas que fortalezcan la independencia de los tribunales y revisen la concentración de atribuciones en el Ejecutivo. En suma, la comunidad jurídica debe alzar la voz, defender la letra de la Constitución y recordar a todo funcionario su juramento de servir al bien común.
La historia enseña que el autoritarismo florece donde no hay contrapoderes visibles. Sólo la vigilancia y la valentía de los guardias de la ley pueden evitar ese destino. Hoy, los juristas de México tienen la oportunidad y la responsabilidad de ratificar su compromiso con la autonomía judicial y el equilibrio republicano. Que el eco de este desencuentro inspire unidad y resistencia institucional. Solo así se conservará, intacto, el delicado equilibrio de nuestra democracia.
Fuentes: Reportes de Infobae y El Financiero sobre el reclamo de Pablo Monroy, así como el artículo “El ministro Pérez Dayán perdió su sensatez jurídica y México perdió su equilibrio de poderes” de Índice Político entre otras referencias. https://indicepolitico.com/el-ministro-perez-dayan-perdio-su-sensatez-juridica-y-mexico-perdio-su-equilibrio-de-poderes/ Final del formulario