Pablo Gato
Trump repite falsamente que los aranceles los paga el país que exporta.
No cabe ninguna duda de que los paga la persona que compra ese producto. Es decir, es un impuesto al consumidor. Lo paga usted. Sí, usted.
Aun así y desafiando las nociones más básicas de economía, Trump repite que lo paga el país que envía el producto.
Pues resulta que Amazon quería especificar en sus plataformas ese costo adicional para que sus clientes no pensaran que la empresa subía esos precios para quedarse el dinero.
Un ejercicio de transparencia. Para que usted sepa que ese dinero va para el gobierno, no para Amazon. Claro, el pequeño problema es que eso contradice frontalmente lo que dice Trump.
Aparentemente Trump ha logrado convencer a su base de que los países exportadores pagan los aranceles, de forma que no podía permitir que Amazon demostrara lo contrario de forma tan clara y aplastante.
Así que ni corto ni perezoso, Trump llamo al dueño de Amazon, Jeff Bezos, y le debió dejar muy claro que no era en su interés dejarle en evidencia, así que Bezos realizó la genuflexión amazónica, besó el anillo y Amazon no publicara ese impuesto indirecto cuando venda algo.
Dicho eso, este o no ese impuesto especificado en los productos de Amazon, cuando usted los compre y vea un incremento sustancial en los precios recuerde que el dinero va para el tío Sam.
Los demócratas afirman que lo que se recaude irá a parar a los recortes de impuestos que recibirán los más ricos. Facts matter.