ÍNDICE POLÍTICO
FRANCISCO RODRÍGUEZ
A diferencia del intenso intercambio epistolar y oratorio que ha entablado la Presidente formal Claudia Sheinbaum –con epítetos, descalificaciones y sin argumentos, por parte de ella– con las lógicas explicaciones y argumentos del exmandatario federal Ernesto Zedillo, ella dice que con Andrés Manuel López Obrador no ha hablado.
En una de sus recientes mañaneras y casi sin que viniera a cuento, la capitalina informó que el tabasqueño “… está en su casa ahí en Palenque, escribiendo. No sé si se entere, porque no estoy en comunicación con él. Solo sé que está bien, está contento, se ha de estar riendo, si es que escucha estos comentarios, y vamos bien, el pueblo está con nosotros”.
Verdad o una más de las engañifas de las cotidianas “mañaneras del pueblo” engatusado, la realidad es que si ella y su antecesor inmediato se comunican o no resulta irrelevante del todo.
AMLO tiene en sus manos los hilos del poder. No requiere video llamarle y ni siquiera enviarle señales de humo.
El más visible de esos hilos es Adán López quien muy seguramente sí mantiene estrecho contacto con él, como se ha demostrado en no pocas de las actitudes de abierta rebeldía a los nombramientos e iniciativas que le envía la actual habitante de Palacio Nacional.
El caso de la reelección de otra rebelde, Rosario Piedra Ibarra en la CNDH es icónico. Este otro tabasqueño pasó por encima de los deseos de Sheinbaum, pero no de las órdenes de López Obrador. Otro, el de la iniciativa en contra del nepotismo de legisladores y alcaldes, postergada hasta el 2030 cuando el texto recibido en el Senado indicaba su entrada en vigor desde 2027.
Y la opinión política está a la espera de conocer si se atreve a colocar a su favorita al frente de la mesa directiva del Senado, en abierto desafío a la Presidente formal.
De otra parte, vuelto a bienquistar con el ahora supuesto residente en Casa “La Chingada”, Ricardo Monreal es otro de los hilos o correas de transmisión para que aquel vea cumplidas sus órdenes y satisfechos sus caprichos y deseos.
Recuérdese, además, que tanto a Adán López como a Ricardo Monreal el entonces Presidente en funciones les dio cargo, desde el momento en el que aceptaron ser comparsas del juego entre “corcholatas” dizque para obtener la candidatura a la Presidencia de la República que ya estaba decidida desde mucho tiempo atrás.
Partido y gabinete no son de ella
Para fines electorales, AMLO tampoco requiere de la Presidente formal.
En Morena despacha su hijo Andrés Manuel López Beltrán, cuyo alias Andy es más empleado para no confundirlo con su progenitor, al tiempo que sirve para identificarlo como capo del llamado Cártel Tabasco Nueva Generación, conformado por treintañeros y cuarentones dedicados al saqueo de los impuestos que paga la ciudadanía.
Y, por si fuera poco, ahora que “llegaron todas”, la figura de otra de sus incondicionales como presidente del partido, Luisa María Alcalde, es meramente figurativo, de ornato. Está ahí para secundar todo lo que diga y haga su supuesto subordinado.
Así que, en la designación de candidaturas para las gubernaturas y demás cargos que se elegirán el próximo año, AMLO lleva mano –como ya la llevó en las de este 2024 en Durango y Veracruz—y, si acaso, permitirá que Sheinbaum sugiera a un puñado de ellos.
En poco menos de la mitad de los integrantes del gabinete que supuestamente es de doña Claudia, El Innombrable 2.0 –la versión beta de este mote es Carlos Salinas— mueve todos los hilos, quizá exceptuando a los titulares de Defensa y Marina, general Rodolfo Trevilla y almirante Raymundo Morales, quienes surgen de ternas que proponen a quien será su comandante suprema. Aunque valdría subrayar el término quizá, pues seguramente estos nombramientos también contaron con la opinión de AMLO.
¿Sólo catorce excepciones de 23?
De los 23 puestos del llamado “gabinete legal” sólo 14 de ellos tienen el sello del llamado “segundo piso de la 4T”. Del “ilegal” son poco menos.
Hilo directo y quizá hasta teléfono rojo que los conecte con Palenque tienen Rosa Icela Rodríguez (Gobernación), Ariadna Montiel (Bienestar), pues es quien maneja “la billetiza” de las ayudas sociales y ya sabemos que todo lo que encuentran mal acomodado familiares y cercanos a AMLO se lo llevan; lo mismo que Alicia Bárcena (Semarnat).
Cuente también a Marcelo Ebrard (Economía) beneficiario del nombramiento directo del tabasqueño por haber sido “corcholata” y, aunque le rezongó al autor de la charada, finalmente y, como siempre, acabó doblándose a sus órdenes, deseos y caprichos. Tienen comunicación clara, directa e instantánea.
¿Necesita AMLO a Sheinbaum para girar instrucciones a Raquel Buenrostro? No. Claro que no. La titular de la dependencia con nombre chistoso “Buen Gobierno” y, por si fuera poco “Anticorrupción” –por favor no se ría de esta broma pesada del régimen de Cuarta… Transformación— también es correa de transmisión del expresidente y por tal goza de autonomía que la posibilita a enfrentarse con el subsecretario Eduardo Clark, consentido de la Presidente formal, en el tema de las fallidas licitaciones de medicamentos e insumos y de los latrocinios que les descubrió a los colaboradores de éste último.
Marath Baruch Bolaños (Trabajo) es imposición de Andy López, con la complacencia de su padre. Ahí tampoco tiene mucho qué decidir la señora de los diarios atuendos folclóricos.
A la recién creada Secretaría de las Mujeres llega Citlalli Hernández por los servicios prestados al dirigente real de Morena –entre otros, su celebérrimo pleito con el concesionario de TV Azteca y accionista mayoritario de Elektra–, aunque en menor medida también a la actual jefa formal del Estado mexicano durante sus laaaargas precampaña y campaña.
Con estas vejigas, López Obrador no necesita más para moverse como pez en el agua en este su segundo sexenio en el poder.
Dos infiltrados en su ¿propia? casa
Por si fuera poco, en la propia Oficina de la Presidencia de la República, la titular tiene un cerco del obradorato que le es difícil, casi imposible, de sortear.
Se lo tendió AMLO en la persona del controversial Jesús Ramírez quien en las formas se encarga de la Coordinación de Asesores, aunque en la realidad sigue manipulando las conferencias matutinas con la pléyade de youtuberos en las nóminas gubernamentales. Con esos “videoservidores” ha conseguido poner en aprietos a su supuesta jefa y asesorada, respondiendo así a las instrucciones que recibe desde Casa “La Chingada”, donde supuestamente se esconde López Obrador.
Lo mismo podría decirse de Leticia Ramírez, quien nos cobra a los contribuyentes al erario por ocupar el rimbombante cargo de coordinadora general de Asuntos Intergubernamentales y Participación Social. Como prueba, ahí está su abierta participación en el paro nacional que la CNTE –de la cual es una de las dirigentes– ha anunciado para dentro de 10 días.
Si quisiera ayudar a quien presuntamente es su jefa –lo que no hace porque es otra prueba que le impone López Obrador a la “corcholata” que él y sólo él destapó– ya debería haber intervenido para impedir que, otra vez, millones de niños queden sin recibir instrucción –e ideología cuatrotera–, para satisfacer las ambiciones de quienes ya son tratados como ciudadanos de excepción –caso de jubilaciones del ISSSTE–, con todo y que esa figura está prohibida en la Constitución.
Pero aún hay más, como decía el locutor:
El Poder Judicial también quedará en manos de AMLO. Sólo lo compartirá con los narcos.
Por lo pronto, de su propia boca, ya nos enteramos de que Claudia Sheinbaum ya no se habla con quien la impuso en el cargo que sólo formalmente ocupa.
Gracias por avisar.
Indicios
En otra oportunidad cercana platicaremos usted y un servidor de quiénes en el “gabinete ampliado” y en las gubernaturas responden a quién. * * * Mientras tanto, reconozco que haya leído este texto y, como siempre, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!
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