Palabra de Antígona
Sara Lovera
El Fiscal General de la República Alejandro Gertz Manero reapareció con “autoridad” y con la fuerza del Estado para hacerse cago de las investigaciones del horrendo hallazgo del campo de reclutamiento y exterminio del Rancho Izaguirre, en Jalisco. Tiene la palabra y también la credibilidad oficial. Un individuo siniestro y peligroso, un buen distractor defenestrado por la Suprema Corte de Justicia, pero que mantiene su cargo, como si nada.
Su trabajo es de distractor o mimo dentro de una estrategia que busca minimizar la gravedad de este hallazgo, denunciado por El Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, organización civil. En ese colectivo militaba María del Carmen Morales, quien buscaba a su hijo Ernesto Julián Ramírez Morales, desaparecido el 24 de febrero de 2024. Asesinada la madrugada del 24 de abril en Tlajomulco de Zúñiga, junto a otro de sus hijos, hasta ahora la oficialidad ha borrado la relación del asesinato de Carmen con el hallazgo.
El homicidio de la buscadora ¿quedará en la impunidad? eso en ¿tiempo de mujeres?
La historia del fiscal, su carácter, sus artimañas en el que confió el gobierno anterior y confía el de la presidenta de la República, debieran alertarnos. Ya comenzaron las mentiras y los enredos abiertamente; sobre Carmen dos chivos expiatorios detenidos, sobre el Rancho, rechazo y culpas a terceros. Por eso y más no se puede confiar en las investigaciones y los dichos de Gertz Manero.
Hoy cunde la desmemoria. Gertz Manero, se opuso a reconocer el delito de feminicidio en el Código Penal Federal, se le conoce como experto en fabricar culpables e inocentes.
En 2019 utilizó su cargo, su influyentísmo, para desatar una venganza personal y conseguir 3.5 millones de pesos, herencia de su hermano. ¿Ya olvidaron? denunció a la señora Laura Morán Servín y a sus hijas Alejandra y Laura Cuevas Morán por la muerte de su hermano Federico Gertz Manero, lo hizo desde 2015, fue caso archivado, hasta que misteriosamente, cuando Gertz Manero se convirtió en fiscal, el Ministerio Público de la Ciudad de México decidió ejercer acción penal en contra de las tres mujeres. Sólo una fue a la cárcel.
Durante más de dos años Alejandra Cuevas Morán estuvo recluida en la cárcel de Santa Martha Acatitla, (16 de octubre de 2020). Fue liberada en 2022. Su madre, compañera del hermano de Gertz Manero por casi 50 años, vivió con orden de aprensión a sus 84 años y a su hermana no la implicaron por ser esposa de un gobernador.
La extraña acusación contra Alejandra Cueva Morán, fue de “garante accesoria” una figura inventada; ella y su madre procesadas por de Homicidio Doloso por Omisión de Auxilio, o sea, , por “no haber cuidado y dejar morir al hermano del fiscal, Federico Gertz Manero”. Fueron exoneradas por la Suprema Corte de Justicia 5 años después y el fiscal influyente quedó sin cargos, sin reprimenda, más bien arropado por el ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador.
En el largo proceso se demostraron todas las insidias personales y “legales” del fiscal, quien se quedó con la herencia y quitó a la viuda, incluso, su pensión.
Laura murió en febrero de 2024.
El flamante y tranquilo fiscal pudo desahogar sus maliciosas pasiones e intereses. De su salud mental no se conoce cómo o si fue diagnosticado.
Clásico del influyentismo y ejercicio de poder patriarcal aprovechó los entramados donde el cuidado es “amor”, condición injusta para las mujeres, pero que se puede convertir en una trampa. Que yo sepa ni abogadas feministas, ni congresistas estudian esos delitos, de omisión de cuidados y “accesorios”. Apasionante y necesario asunto a estudiar y resolver. Veremos.
*Periodista. Editora de Género en la OEM y directora del portal informativo https://semmexico.mx