Yo Campesino / De escándalo
- Departamentos de Estado y del Tesoro van por la red criminal en México
Miguel A. Rocha Valencia
Cuando se supo que fue el Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos quien operó el secuestro y entrega de Ismael Mario Zambada García para ser procesado en Estados Unidos, así como de otros 23 capos mexicanos que incluyeron a Rafael Caro Quintero, nos dimos cuenta de que el gobierno estadunidense iba por toda la red criminal que opera en México incluyendo los temas financieros y políticos.
Tan es así que la agencia de Control de Drogas, la DEA fue prácticamente marginada de los operativos transfronterizos y los acuerdos con cabezas criminales, lo mismo que las autoridades formales mexicanas.
No importó que ex jefes de operaciones de la DEA como Héctor Berrállez o Mike Vigil declararan que no fue Caro Quintero quien asesinó a Enrique Camarena sino un agente de la CIA para acallar el escándalo de financiar guerrillas y derrocamientos con dinero procedente del tráfico de drogas para comprar armas.
Hablamos entonces de la intervención directa del gobierno de Estados Unidos no de una de sus agencias de seguridad quienes están detrás de todo el entramado que incluye la entrega de 17 miembros de la familia de Joaquín Guzmán Loera quienes seguramente ya sintieron que la gente del Mayo Zambada los tenía cercados y los iban a asesinar en cualquier momento.
Tan vez por eso, Ovidio Guzmán y su padre decidieron cooperar con el gobierno estadunidense, declararse culpables de lo que se les imputa a cambio de garantizar la vida de ellos y sus familiares, aunque sea en la cárcel, entre ellos, la segunda esposa de El Chapo, Griselda López Pérez, mamá de Ovidio Guzmán.
Esta acción que además se realizó en la garita de San Ysidro en Tijuana, fue coincidente con la cancelación de visas de la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmedo y su esposo Carlos Torres Torres de cuyo hermano Luis Alfonso se cuenta con un extenso expediente y tiene cuentas por aclarar incluso con el crimen organizado al cual se sabe, le sustrajo varios millones de dólares.
De ser así, la mandataria estatal, esposo y cuñado, deben estar muy preocupados pues podría perder algo más que sus visas y sus cuentas bancarias congeladas en Estados Unidos, concretamente en San Diego, California además de “algunas” propiedades en varios municipios de Baja California adquiridos de manera poco transparente.
Parece que en Estados Unidos están tomando muy en serio la persecución de los cárteles de las drogas y sus asociados mexicanos, no obstante que allá cojean muy notoriamente del mismo mal. En México van a pegar muy duro ya sea con la desacreditación de grupos, personajes políticos, empresariales y hasta instituciones, la persecución y encarcelamiento a otras y por qué no, la extradición legal o forzada de algunos de ellos.
Lo anterior resulta relevante si se toma en cuenta que la exsecretaria del Tesoro de aquel país, Janet Yellen reconoció que en el sistema financiero de Estados Unidos circulan más de 100 mil millones de dólares del crimen organizado que opera de aquel lado de la frontera.
En lo doméstico la situación se complica para el grupo que encabezaban los Guzmán y tal vez por eso se entregan a las autoridades estadunidenses en busca de al menos no ser asesinados.
El tema en el fondo es qué va a pasar, pues si en Estados Unidos aceptaron el trato de recibir, detener y procesar a la familia Guzmán-López, es porque algo grande se les ofreció, no sólo ser juzgados y encarcelados, sino cooperar en “algo más” que por declaraciones o acciones no tardaremos muchos en conocer.
No olvidemos que la audiencia de Ovidio Guzmán ya está cerca y “algo” va a decir, lo mismo que el Mayo Zambada quien no obtuvo respuesta positiva del gobierno mexicano en su exigencia de repatriación.
Por lo pronto y con 70 mil dólares declarados, así como algunas maletas de equipaje, los 17 familiares de Guzmán Loera ya están en Estados Unidos donde se afirma habrán de tener trato preferencial por el hecho de entregarse y declararse culpables de los delitos que se les imputan a cambio de soltar “toda la sopa”.
Y debe ser algo que valga la pena para que los del FBI les pongan atención, de eso no hay dudas.