NO PASA NADA
Por:Jesús Solano Lira
Con una votación muy cerrada, así como un final de fotografía, la Cámara de Representantes de Estados Unidos, aprobó con 215 votos a favor y 214 en contra, el controvertido proyecto de recortes fiscales y gastos, bautizado por Trump, como “El gran y hermoso proyecto de ley”, que incluye gravar con 3.5 por ciento las remesas.
Aunque la batalla está por darse en el senado del vecino país del norte, como declaró el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, sí es más que preocupante que esa medida sea aprobada por los legisladores estadounidenses, aquí no aplica el No Pasa Nada, porque todo puede pasar.
Tanto Ebrard como la presidenta Claudia Sheinbaum, manifestaron su rechazó a esa medida. Hoy, Ebrard viaja a Wahington a tratar de apagar el fuego. El que se vio más que ternurita fue el embajador de México en Estados Unidos, Esteban Moctezuma, que hasta celebró la medida, es neta.
Agárrese de donde pueda, porque las cifras son más que contundentes, y las remesas desde hace muchos, muchos, pero muchos años, son la principal fuente de financiamiento en México.
Según cifras del Bando de México, en 2024 el saldo de las remesas fue de 64, 745 millones de dólares, lo que representó un aumento del 2,3 por ciento, respecto a 2023, cuando se recibieron 63,319 millones de dólares.
De acuerdo con el Center For Estrategic International Studies (CEIS), las remesas representan aproximadamente el 4.5% del Producto Interno Bruto total de México, y constituyen la mayor fuente de ingresos, superando a la inversión extranjera directa (IED), al turismo, al petróleo y a las exportaciones manufacturas. Quiúboles, hay o no hay, por supuesto que hay.
El Centro, destaca que las remesas proporcionan una fuente constante de ingresos a los hogares más pobres de México, que utilizan principalmente el dinero recibido para cubrir necesidades básicas como alimentación, ropa, atención médica y otros gastos del hogar. Estos ingresos son particularmente esenciales para casi el 60% de los mexicanos que trabajan en el sector informal, detalla el CEIS.
Y no solo eso, las remesas, además de proporcionar los ingresos necesarios para cubrir los gastos básicos, también pueden servir como un mecanismo potencial para el desarrollo, brindando a los hogares los medios para ahorrar dinero e invertir en educación, capacitación y mejora comunitaria.
Según el CEIS, este impacto en el desarrollo es particularmente importante dada la correspondencia de los flujos financieros con las disparidades regionales de desarrollo presentes en México, y vaya que son enormes las disparidades entre una región y otra, una enorme deuda que siguen arrastrando las administraciones federales en turno.
El gravemen del 3.5 por ciento a las remesas abriría un boquete más a las quebradas finanzas del país, y de consumarse la medida los estados más afectados serían aquellos que tiene la mayor dependencia de estos flujos respecto a su PIB estatal.
Ahí le va, con datos de 2024, los estados que más dependen de estos flujos respecto al total de su economía son: Chiapas, con el 14. 3 por ciento, Guerrero 13.8 por ciento, Michoacán 11 por ciento, Zacatecas 10.8 por ciento y Oaxaca, con el 9.5 por ciento.
Ahora bien, según diversos analistas, sí el senado de Estados Unidos aprueba el gravamen a las remesas, la administración del presidente Donald Trump, podría recaudar, tan solo de los envíos mexicanos, más de dos mil 600 millones de dólares. Ufff una lanota.