HOMO POLÍTICUS
PAVE SOBERANES
- Inicio de Sexenio sin la Feria de Cepillín
Los resultados a boca de urna del concurso electoral de Durango y Veracruz, del domingo último, deben ser tratados como dos fantasmas dentro del clóset de las intermedias de 2027.
Ese año, además de votar candidatos a legisladores y gobernadores, debe haber una consulta popular para refrendar el cargo presidencial o no refrendarlo, como mandata la Constitución general. Si los numerales a favor que presumen en Palacio Nacional son ciertos, no tienen de qué preocuparse. Los mexicanos se volcarán a las urnas para emitir una opinión favorable para la mejor presidenta del mundo.
Dieciséis estados renovarán sus poderes Ejecutivo —Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas— y se elegirán 500 diputados, tanto de mayoría relativa como las de regalo, por escrutinio proporcional que utilizan los recursos públicos hasta para retratarse ante el ataúd de la maestra Ifigenia Martínez, sólo para parecer y aparecer.
Tanto en Durango como en Veracruz, MORENA-gobierno ganó muy poco por sí solo. En Veracruz, donde gobierna una zacatecana, MORENA ganó sólo 11 municipios, de 212, sin coligarse partidistamente. En Durango, el PAN perdió todos los municipios, ganando dos MORENA. PAN y PRI coligados llevaban hasta ayer 21 alcaldías ganadas, de 39. La clave parece ser las alianzas partidistas con un candidato común. Aunque en Durango, el partido Unidad y Grandeza haya ganado 15 municipios, en solitario. Los nombres de los candidatos de UyG o la desconfianza en otras siglas, lo hicieron victorioso. La clave parece ser la ciudadanización de las candidaturas.
Tanto en la elección judicial como en las municipales de Durango y Veracruz, algo falló. Las campañas fueron mediocres o los candidatos no prendieron. Ganó el menos malo. La baja participación en ambos ejercicios hizo ganar al abstencionismo. Hasta el acarreo perdió ante la madurez ciudadana, provocada por el fastidio. No hay otra explicación convincente.
Dos mil veintisiete está a la vuelta de la esquina. Un efecto espejo de la elección judicial y de las intermedias de Durango y Veracruz, es dable. Las municipalidades del país parecen ser incubadoras de votaciones en contra del partido gobernante. Los 10 millones de nuevos militantes prometidos no se vieron porcentualmente en las tres votaciones dominicales. Aún en el clóset, los fantasmas de la victoria, o de la derrota, deben ser examinados con cuidado, llegado los resultados finales, si algún partido quiere alzarse con la victoria en 2027.
Ese año, tanto Colima como Querétaro, contra prueba de mentís, irá a votar gobernadores, legisladores y alcaldes, sin permitir que los árbitros electorales estatales determinen unilateralmente candidaturas de mujeres por encima de la legislación que sólo compete a los Congresos locales. El reparto per sé de candidaturas a mujeres por mujeres puede ser leída como otra de las peores formas de reparto del poder que se creen ya superadas, por desmesurado y excluyente. Como en Durango y Veracruz, variopintas mujeres impuestas perdieron por ser malas candidatas.
letraschiquitas
Sin patear una pelota de futbol ni cantar En la feria de Cepillín, Margarita González-Saravia obtuvo por sí sola 315 mil 458 votos en 2024, contra 102 mil 422 por si solo del «fenómeno» de votos e «ídolo» nacional Cuauhtémoc Blanco, en 2018. La diferencia de votos entre una y otro fue de 213 mil 033 votos. Por la votación en coalición, la candidata de MORENA obtuvo 460 mil 271 votos. El domingo 1 se cumplió un año de la victoria margarista, con triunfos políticos en el lapso, con un mando civil en la jefatura de Policía y en materia de procuración y administración de justicia, cuyas contundentes reformas camerales tejidas con hilos de seda, han sido determinantes para un buen comienzo de sexenio.