HOMO POLÍTICUS
PAVE SOBERANES
- Cuernavaca: Paro Político de Taxistas
La noticia no son los resultados de la elección judicial, con un Benito Juárez 2.0 en la Corte que jura colgará la toga —lo que sería su primera violación a un decreto presidencial de hace 84 años—, sino lo inminente: la reforma constitucional en materia electoral, para no dejar ni las migajas del pastel.
Para divertimento de todos, la señora Taddei —la árbitra electoral, la que cuenta los votos— hizo un Noroña: «Una persona no representa un voto, sino hasta 39 [así]. Si consideramos nuestro porcentaje de participación, esto representa tan solo para la Corte [reasí], capturar 117 millones de votos [recontraasí], 117 millones de decisiones individuales [no más, por favor]».
Si la señora Taddei multiplicara por seis a sus nueve familiares directos incrustados en el gobierno, con plazas laborales generosas en horarios y estipendios, daría un gran total de 54 casos de decisiones individuales de sancionable nepotismo, porque beneficia a toda la parentela.
La propuesta de reforma electoral contempla la desaparición de los 200 diputados plurinominales, o al menos quitárselos a los grupos minoritarios en el Congreso. Los actuales pluris pasarán a la historia, no por lo hecho o lo dejado de hacer, sino porque será los últimos que parasiten el cargo. La no reelección es segura. Al elevar a cinco por ciento la votación mínima para mantener el registro partidista, la intención sería crear un sistema político de sólo tres partidos, uno de ellos abrepuertas. La desaparición del arbitraje estatal, es otra medida propuesta. La eliminación del financiamiento ordinario expediría un acta de defunción anticipada a los partiditos que, como el PES, han hecho negocios privados con dinero público.
La eternización del partido propiedad de López Obrador fue cantada por la diputada federal Margarita Valdez, haciendo un siempre superable Noroña-Taddei: «La cuarta transformación no se sale de Palacio Nacional en todo un milenio».
letraschiquitas
Ayer en Cuernavaca hubo un paro político de concesionarios y operarios de automóviles de alquiler sin itinerario fijo, es decir, taxis, que afectó a usuarios del transporte, poseedores de vehículos y comercios, por largas tres horas, hasta que el coordinador de Movilidad y Transporte con fama de decente, Jorge Barrera, en ausencia del huidizo secretario de Gobierno, Juan Salgado, los atendió en Palacio de Gobierno. ¿Dije paro político? Sí, porque no teniendo asunto pendiente qué tratar y menos por protestar, la mano que meció tal, habría sido Víctor el Güero es… Mercado. La policía de Cuernavaca —«primer respondiente», le llaman divertidamente—, cuyo edil es José Luis Urióstegui, ni siquiera condujo a los afectados por otras alternativas viales, menos intervino para evitar enfrentamientos. ¿Qué tienen en común los tres nombrados? Se apellidan Salgado, y quieren la gubernatura, si no en 2027, en 2030. El paro loco no hizo ni cosquillas al gobierno margarista. En politología les llaman males sin daño.