El que mucho prueba su dicho, dicta la máxima jurídica, poco cree en él, y la presidente no cesa de machacar que las elecciones judiciales fueron una maravilla.
Pero si arrasaron, si la Taddei ni a mandadera llega, si los magistrados electorales golpistas son menos que un chango de acordeón y si Noroña y su tan “mentada madre” dicen que ni Dios padre encarnado podrá contra esta elección, por qué tanta insistencia.
Por un lado, obvio, acabándose este gran distractor de tontos nada podrá tapar la terrible realidad que asola el suelo patrio, por otro, porque sus grandes triunfos les descobijaron el trasero. O, como dicen en mi pueblo, sus crinolinas, esas capas de enaguas almidonas para esponjar las faldas femeninas, quedaron al aire.
La gran elección del pueblo más democrático de todas las galaxias, la revancha más justiciera contra el oprobio nacional, la resurrección de prócer de Guelatao y las primeras elecciones de esta presidente, en el mejor de los casos, movilizaron efectivamente en su favor a poco más de ocho millones de nacionales (ya solo fata que también tengamos que decir nacionalas).
Ocho y pico, porque los demás anularon su voto, nada más un 20 por ciento del total de votantes en urna, más que cualquier candidato de sus acordeones.
En otras palabras, maravillas democráticas universales aparte: Sheinbaum y su segundo piso mostró un músculo pírrico.
Mal empieza el sexenio quien se embarca en una elección de Estado sin contrincantes, con todo el aparato y presupuesto del Estado a su favor, con legisladores, gobernadores y el ejército de siervos de la Nación recorriendo todo el país y coaccionando el voto libre y, por si fuera poco, con dos abyectas como Taddei y Soto en los órganos electorales, y no logra movilizar a más de ocho y pico millones de un universo de cien. O sea, ni siquiera a los 10 millones del padrón de Morena. La elección con menor rendimiento por voto ciudadano en el mundo.
Eso con miras a una elección intermedia en el 27, que aterra a la presidente Sheinbaum, a quien, lo sabe bien, le pueden tender la cama de la revocación de mandato con el vuelo de una hoja en Palenque o Cuba.