La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Lo que requiere, aún no lo inventa: Inteligencia Emocional
No se puede negar, Elon Musk es un personaje de excepción, con talento intelectual y olfato para los negocios, se ha convertido en el hombre más acaudalo del mundo.
Pero, ahora que se habla de la ‘muerte’ de la carrera curricular y/o escalera profesional, valdría la pena tratar de entender de dónde surgen personajes como Musk o Steve Jobs ¿de una sólida formación académica? o ¿simplemente son mentes privilegiadas que se adaptan con rapidez a los cambios en la evolución del modelo de producción?
Asignatura pendiente.
No obstante, las reglas del poder, siguen impertérritas: al jefe, no se le rebasa ni en la carretera.
En este contexto, los mordiscos tuiteros de Musk a Donald Trump, aupados por el despecho, resultan prédicas en el desierto: nada puede el poderío económico contra el imperio político del copetón.
Así pues, el martirio del pretendido conquistador de Marte, es una muestra más de la errática práctica de patear el pesebre bajo el pretexto de un inviable proyecto presupuestal: si el jefe se equivoca, vuelve a mandar.
Al final reculó y borró sus imposturas. El costo de ponerse en modo X de quien, en política, sólo es un aprendiz de brujo.