Pablo Gato
Ha sido una semana intensa en el trabajo y para descomprimir me he ido a mis dos librerías favoritas de segunda mano con un objetivo: encontrar un tesoro perdido en cada una.
Una de las librerías ya le he mencionado varias veces. En estas dos se encuentran ejemplares únicos y a precios sinceramente ridículos. Hoy ambas me pusieron fácil cumplir mi misión.
En la primera encontré nada más y nada menos que la primera edición de “El otoño del patriarca”, de Gabriel García Márquez. Insólito que encontrara el libro en una tienda de donaciones de libros. Una primera edición de la obra de un premio Nobel de literatura…y, no se lo pierdan, al prohibitivo precio de… ¡un dólar!
En la segunda librería hay miles y miles y miles de libros. Está llena de libros antiguos. Hurgando aquí y allá me encontré los ejemplares encuadernados de una publicación de la ciudad de Filadelfia de principios de los años 1800. Se llama Spectator. No solo narra lo que sucedía en esa época sino que también incluye escritos de mucho antes, de los años 1700. Si el libro fue un tesoro, esto no lo es menos. Y nada de copias. Todo es original. Es una colección de varios tomos. No tenían precio. Lo pregunté y me volvieron a dar otro precio ridículo: dos dólares por ejemplar. Si, como lo escuchan o mejor dicho tal y como lo leen.
Jamás he visto en ningún lugar del mundo tal cantidad de libros de enorme valor no solo disponibles sino a precios realmente de escándalo.
Hoy ha sido un día lluvioso. No el día perfecto para pasear.
Por suerte, la lluvia fue mi aliada y me empujó a venir a estas dos librerías que son sin duda dos tesoros mayormente ocultos.
Misión cumplida.