Anahí García Jáquez
Edimburgo, Escocia. Década de los 30´s. La profesora Jean Brodie, quien imparte clases en la escuela Marcia Blaine, ha seleccionado a 6 niñas, todas alumnas suyas, para formar parte de un grupo muy especial, en el que les enseñará más de lo que pueden y deben aprender.
La plenitud de la señorita Brodie es un trabajo de la escritora escocesa Muriel Spark, quien sitúa este texto en su país natal y nos presenta a una maestra que está, como ella misma lo dice, en plenitud de su vida y con todo el conocimiento que se requiere y es por eso que desea compartirlo con Sandy (quien es la narradora), Monica, Rose, Mary, Jenny y Eunice, todas ellas con 10 años de edad y quienes terminan siendo llamadas “el grupo Brodie”, pues forman parte de una especie de elite.
La educación que reciben por parte de la maestra es de todo un poco, pues va desde las vivencias personales de la misma (más en específico, su vida amorosa), hasta sus propios gustos en historia del arte, literatura, entre otros temas; eso sí, todo seleccionado en base a ello. La meta de la maestra es convertirlas en, como ella lo dice, la créme de la créme.
A lo largo del texto, que está escrito con varios saltos en el tiempo y contado por una narradora que imprime mucho de su visión, o como se diría por ahí, pone mucho de su cosecha, el espectador es testigo de la influencia tan fuerte que la señorita Brodie llega a tener sobre estas jovencitas durante varios años, aunque dejen de ser sus alumnas.
Estas pre adolescentes impresionables se sienten tomadas en cuenta y, sobre todo, muy importantes, por haber sido elegidas por esta educadora, pues consideran que cuentan con un potencial que sólo pudo ser visto por alguien como ella. Uno de los temas importantes a tratar en este texto, si no es que la base del mismo, es el planteamiento de las relaciones humanas y los lazos que se forjan en esta edad en particular y en donde se ve la participación de un adulto que, por momentos, se aprovecha de ello y raya en la manipulación.
Es así que se nos muestra una dinámica de grupo muy interesante, ya que por momentos pareciese que son una especie de culto, pues la máxima autoridad es esta mentora, quien es la que dicta las reglas y las chicas, aunque pueden decidir si la siguen o no, le guardan fidelidad.
Así mismo, esta anécdota nos permite echar un vistazo a la situación de las mujeres en los años 30´s en los que, aunque ya existía un acceso a la educación básica, las opciones al terminar esta etapa no eran muchas ni muy diversas para las jóvenes, por lo que la señorita Brodie decide ampliar el panorama de estas niñas haciéndoles saber que hay un mundo por descubrir y que está bien el cultivar gustos, ideas y aficiones que se salgan de la norma, por lo que podría decirse que este texto nos presenta a personajes adelantados a su época y le da un toque feminista.
Además del estilo narrativo tan particular con el que fue escrito, La plenitud de la señorita Brodie tiene este tono irónico y, por momentos, hasta cómico debido a las personalidades en formación tan variadas de las alumnas y el modo en que responden a las enseñanzas, además de que nos muestra a una mujer que, por momentos, se ve a sí misma como una salvadora mientras que se da tiempo de estar dentro de un triángulo amoroso. Es pues, este texto, un retrato de la marca indeleble que dejan algunos de nuestros maestros en nosotros y cuyo alcance se extiende a lo largo de toda una vida.
La plenitud de la señorita Brodie. Muriel Spark. 1961. Editorial Pre – Texto.