Pablo Gato
Acaba de afirmar (ayer) la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. Se refiere al ataque a las instalaciones nucleares de EEUU. Lo cierto que es que la cadena ABC informó que los aviones iban a Irán horas antes de que se realizara el ataque. Todos sabían que iban en esa dirección, en especial los iraníes.
Entiendo que se quiere mitificar la operación, pero no. No ha sido para nada la operación más secreta de la historia del país. Sorry. Si yo lo sabía es bastante probable que Irán también. Fact check.
Y mientras la Administración saca toda su artillería mediática en una acción muy bien orquestada para defender vehementemente la versión de Trump de que las instalaciones fueron “totalmente destruidas”, nadie habla de la “big, beautiful bill” que los republicanos podrían aprobar pronto en el senado y que los demócratas afirman contiene recortes sociales draconianos para dar ese dinero a los más ricos del país. Well played, Mr. Trump. Master of distraction. Mientas el público se centra en el objeto reluciente, en otro lugar sucede lo que realmente importa.
Y cambiando de tema (que es gerundio).
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, acaba de dar (ayer) una conferencia de prensa matutina respecto al ataque contra las instalaciones nucleares iraníes. Se ofrecieron algunos detalles más. El secretario atacó con insistencia y hasta furia a la prensa usando los calificativos habituales de Trump: “fake news”.
Luego dijo que la prensa “odia” a Trump y por lo tanto, según él, miente y manipula la información para dejarlo mal. Y, como es habitual, dedicó varios minutos a resaltar lo que él califica como los éxitos históricos de Trump.
El secretario también dijo que la prensa quería menospreciar la labor de los pilotos que realizaron la misión contra las instalaciones nucleares iraníes. ¿Cuál ha sido el “pecado” de la prensa? Hacer público un informe del mismo Pentágono que decía que el daño del ataque a las instalaciones iraníes había sido limitado y que ese programa podría ser activado de nuevo en apenas unos meses.
Eso enfureció a Trump, que insistió en que, según él, el programa nuclear iraní resultó devastado. Posteriormente, varios miembros de la Administración Trump han respaldado las palabras de su jefe. Varios expertos por contra han dicho que el daño ha sido limitado y que además todo lo importante que había en esas instalaciones ya había sido retirado por los iraníes antes del ataque, en especial el uranio enriquecido.
Llama la atención como el secretario de Defensa critica a la prensa por hacer exactamente el trabajo que tiene que hacer: cuestionar al poder. ¿Qué hizo la prensa? Público el informe del Departamento de Defensa que decía que el daño fue limitado y después publicaron las declaraciones de los miembros de la Administración afirmando que el daño fue severo.
El secretario trabajó como presentador de Fox y como panelista en esa cadena. Es decir, fue periodista ocasional, aunque algunos no consideren periodismo objetivo lo que hace Fox. Debería entender mejor el papel de la prensa.
Por otro lado, la prensa jamás menospreció la labor de los pilotos en la operación. Para nada. Eso fue simplemente un intento por parte de Trump y del secretario para cambiar de tema y no hablar del informe original del Pentágono que cuestionaba no a los pilotos sino que se hubiera destruido el programa nuclear iraní. Paradójicamente, el secretario pasó más tiempo en la conferencia atacando a la prensa y elogiando a Trump que dando nueva información.