* Es sólo una advertencia a lo que es, a todas luces, un conflicto ideológico entre Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump, pero lo pagaremos los mexicanos todos, por pasivos y negarnos a expresar cívica y civilmente nuestro descontento, aunque por aquello de la prisión preventiva oficiosa será muy difícil. La lección más severa e inmediata es para la titular del Ejecutivo mexicano, doctora Sheinbaum Pardo, quien deberá meditar dos veces sus palabras antes de soltarlas, no pueden prestarse a equívocos. Como decía mi abuela: en boca cerrada no entran moscas. El silencio en un presidente de la República es más apreciado que el ruido de sus dichos
Gregorio Ortega Molina
El toque de queda en el centro de la ciudad de Los Ángeles quedó cubierto de un manto de conflicto racial, determinado por el hecho de que los migrantes, ilegales o ya residentes, despojan -en apariencia- a los ciudadanos de Estados Unidos de sus plazas laborales, de su desempeño como albañiles, jardineros, cocineros, lava trastes, dependientes en tiendas de departamentos…
Nada más falso. Sobre el desempeño laboral de los que hacen los trabajos que ya ni los negros quieren (dijo Vicente Fox Quesada), está el color de la piel, por más que desee ocultarse el color ébano por la piel canela… y sobre este racismo añejo, está el de las ideologías, pues el gobierno instalado en el Salón Oval teme por igual al sueño guajiro de Andrés Manuel López Obrador de cubanizar México y sus tres mil kilómetros de frontera, pero por un descuido, todo indica que se infiltraron los simpatizantes pro palestinos y los activistas de ISIS, sin considerar que también se sienten dueños de California los barones del narco, en sus diversas denominaciones y distinto origen. Todo, debemos suponerlo así, debido a la corrupción del ICE.
Un suceso por demás desconcertante, es el que la bandera mexicana parezca conducir y amparar a esos migrantes que desean, contra viento y marea, permanecer en Estados Unidos para enviar dinero a sus familias (sobre todo en México).
La decisión soberana -si es o no acertada a quién le importa- del presidente Donald Trump de aplicar un 3.5 por ciento de impuesto a la “exportación” de su divisa, obnubiló la mente del huésped de La Chingada, quien determinó que la doctora Sheinbaum Pardo, su titular del Ejecutivo, advirtiera que los mexicanos se manifestarían por considerar ilegal, excesivo y como una afrenta, sobrecargar fiscalmente la disposición que hacen los trabajadores de su dinero, pero sobre todo su destino. Es sólo una advertencia a lo que es, a todas luces, un conflicto ideológico entre Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump, pero lo pagaremos los mexicanos todos, por pasivos y negarnos a expresar cívica y civilmente nuestro descontento, aunque por aquello de la prisión preventiva oficiosa será muy difícil.
La lección más severa e inmediata es para la titular del Ejecutivo mexicano, doctora Sheinbaum Pardo, quien deberá meditar dos veces sus palabras antes de soltarlas, no pueden prestarse a equívocos. Como decía mi abuela: en boca cerrada no entran moscas. El silencio en un presidente de la República es más apreciado que el ruido de sus dichos.
www.gregorioortega.blog
@OrtegaGregorio