Aunque Pese
Por Salvador Martínez G.
A pesar de que la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, aseguró este miércoles que no hay ninguna investigación sobre el senador Adán Augusto López Hernández, exgobernador de Tabasco, por las acusaciones contra Hernán Bermúdez Requena, su exsecretario de Seguridad, hoy prófugo, se encuentra en aprietos políticos y, quizás, hasta penales.
Mucho es lo que la prensa ha expuesto de los nexos de Bermúdez Requena con la delincuencia organizada y se llega a señalar que él encabezaba al grupo delictivo La Barredora, que desde su nacimiento incrementó la violencia en el estado de Tabasco, con el enfrentamiento por el control de plazas con el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Bermúdez Requena fungió como director del Centro de Readaptación Social Tabasqueño, de 1995 a 1997; en 2019 fue nombrado secretario de Seguridad Pública por el gobierno de Adán Augusto López y ya desde hace varios años había sospechas de su relación con el crimen organizado.
El diario Excélsior, en un reportaje del reportero Andrés Becerril, da a conocer que Bermúdez formaba parte de un grupo de poder político y económico encabezado por Adán Augusto López Hernández desde antes de que fuera gobernador de la entidad, junto con el diputado federal Jaime Lastra Bastar y su hermano Humberto Bermúdez, conocido constructor en Tabasco.
Narra que los cuatro amigos fueron amparados por Manuel Gurría Ordóñez, entre 1992 y 1994, cuando fue gobernador de Tabasco. Luego, Augusto López Hernández llegó a gobernador de Tabasco y nombró a Hernán como secretario de Seguridad Pública, con el antecedente de haber sido director de la Policía de Investigación de la Fiscalía General del Estado.
Se sabe que consultores de seguridad advirtieron a López Hernández que Hernán estaba relacionado con la delincuencia, señalamiento reiterado cuatro años después por información pública derivada de Guacamaya Leaks.
Actualmente, Hernán Bermúdez es prófugo de la justicia con una carpeta de investigación en su contra y notificación de ficha roja por la INTERPOL. ¿Se llegará hasta las últimas consecuencias?
SUSURROS
Donald Trump no para en sus locuras ni en sus bandazos políticos. Tras parecer casi aliado de Rusia y contrario a la Unión Europea respecto a la guerra de Ucrania, ahora se lanza contra Vladímir Putin con amenazas de aranceles de hasta cien por ciento y apoya a la OTAN para armar a Kiev.
Hasta el momento, Rusia ha mostrado que no le teme a Estados Unidos y, lejos de reducir la confrontación bélica con Ucrania, la ha incrementado, en abierto desafío no sólo a Washington, sino a la paz mundial.
Son miles y miles de millones de dólares los que hasta ahora han aportado Estados Unidos y países europeos para armar y mantener la guerra de Ucrania, sin que hayan tenido éxito en sus pretensiones de vencer a Rusia.
La tensión global se acrecentó ante la lucha de gigantes a la que se suma China, y muestra de ello fue el encuentro del canciller ruso Serguéi Lavrov y el presidente chino Xi Jinping, en el que se mostró la alianza que están dispuestos a fortalecer si crecen las amenazas de Washington. Veremos.
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