HOMO POLÍTICUS
PAVE SOBERANES
- Sus Gobernadores y sus ‘García Luna’
Como Tabasco y otras entidades —colusión entre instituciones gubernamentales y estructuras delincuenciales—, Morelos también habría tenido su súper policía ligado a gerentes de empresas de la economía ilegal.
El actual jefe de Policía del gobierno margarista ha dicho junio y julio que delincuentes contaban «con protección institucional» y que «tenían protección», es decir, el delito se habría institucionalizado durante un gobierno de fachada que se caracterizó por una combinación de personalismo político [un ídolo ignorante que patea un balón], improvisación administrativa [«Siete para 10, nos faltan cuatro»] y tolerancia implícita a la violencia estructural [«Yo no pacto», en tiempo no pretérito].
Después de la aquí etiquetada como Cumbre de Yautepec —retratado en 2016 con tres cabecillas de igual número de grupos delictuosos, como en 2013 en Culiacán con el hijo de un narcotraficante sinaloense llevado con engaños a EEUU—, la figura más importante del cuauhtemato repitió mil veces «Yo no pacto con delincuentes», como si fuera la Tabla del 1.
La institucionalización de la violencia supone facilitación y consentimiento de la actividad delincuencial, así como complicidades y protección, acuerdo previo. Tal deja entrever el actual secretario de Seguridad y Protección Ciudadana: «Había una vez…» un súper policía que gastó anualmente dos mil 500 pesos de presupuestos federal y estatal, sin resultados seis años a favor de la seguridad y protección de las familias de Morelos.
La institucionalización de la violencia no es metáfora. Su desvelación se sustenta en inteligencia policial, de lo cual es experto el jefe policial. El señalamiento in Live en Palacio de Gobierno debe transcribirse en fojas de Ministerio Público e ir por los responsables, sin el peyorativo probables. Ahora que se reconstruye la institución policiaca —el margarismo mismo lucha por regenerar el servicio público— como una policía confiable, auditable y profesionalizada, el modelo del súper policía subordinado a los que corren adelante debe ser perseguido y castigado, para evitar su clonación.
letraschiquitas
En medio de señalamientos y sospechas de dentro y de fuera, el senador Adán Augusto López habló, pero no dijo nada a su llegada al Consejo Nacional de MORENA***. Sus iguales —¿iguales?— le dedicaron el grito «No estás solo», como si estuvieran todos dentro del mismo saco, como lo hicieron con Cuauhtémoc Blanco en San Lázaro***. La dirigente nacional de ese partido, Luisa María Alcalde, aseguró nuevamente que «No somos iguales», dedicado a las oposiciones, a quienes nuevamente culpan de sus elefantes en la sala***. Hay ausencias que destacan más que las presencias, y eso pasó con Andrés Manuel López Beltrán, que no llegó a la fiesta morenista, para no ser molestado por la prensa***. «La gente tiene derecho a descansar», dijo Gerardo Fernández Noroña y «Yo no vivo con él» José Ramiro López Obrador, al preguntarles por la ausencia de Andy***. Entre tanto, muy lejos de ahí, Omar García Harfuch contabilizaba los golpes del claudismo al crimen organizado en Sinaloa: «53 mil 602 kilos de droga decomisada, mil 487 detenidos, tres mil 003 armas aseguradas…».