ÍNDICE POLÍTICO
FRANCISCO RODRÍGUEZ
Así como López Obrador glorificaba tener un solo par de zapatos y no más de 200 pesos en la bolsa, Claudia Sheinbaum y Clara Brugada persiguen que todas las viviendas sean del Fovissste o del Infonavit –abandonadas e invadidas– o bien de las llamadas “populares”. O “de interés social”.
Olvídese de su “aspiracionismo”. De la casa con jardín al frente bordeada por cerca blanca. De la colonia bien comunicada y con servicios. De las escuelas cercanas para sus hijos. Olvídese.
Si es que acaso una tómbola lo favorece, hoy está condenado a pasar el resto de sus días en un palomar, hacinado en un par de cuartuchos, con apenas una cocineta y un medio baño, que deberá pagar en dos mil chorrocientas quincenas.
Sheinbaum y Brugada han retomado la llamada política de vivienda. La primera, con su promesa de construir un millón de casas como los arriba descritas. La segunda, buscando que usted rente y que jamás sea propietario siquiera del espacio de las cuatro paredes que alquile. No quieren que los mexicanos vivan mejor en viviendas dignas y con servicios.
Porque, hoy, en pleno auge de la corrupción galopante, cuando la capacidad de los funcionarios se mide con la absurda vara de 90% de lealtad al Caudillo más 10% de capacidad en la tarea encargada, “florece” la vivienda social abandonada durante siete años por el régimen de Cuarta…
Son otra vez los tiempos en los que los político se convierten en socios de los llamados “vivienderos”. Tiempos en los que no se requieren justificaciones sociales, ni calidad de los materiales, ni de los catastróficos efectos sociales que provocarán el hacinamiento y la estrechez de las moradas, sino “de cuánto te toca a ti y cuánto es para mí”.
Tiempos, también, cuando se han tirado al caño los recursos económicos y financieros existentes, los billones de pesos que se han despilfarrado en programas electoreros e ineficientes, en obras faraónicas inservibles que seguiremos subsidiando, tiempos en los que las calificadoras crediticias han echado nuestra solvencia a la basura, cuando se prodigan las sandeces mañaneras.
Todavía hace diez años, los organismos financieros internacionales se prodigaban en elogios hacia la vocación social de los gobiernos mexicanos. No se trata de elogiar el pasado, sólo de aceptar que cuando los aparatos públicos funcionaban, el prestigio de los programas sociales estaba muy por encima del desastre administrativo que hoy tanto se cuestiona.
Bando de Brugada “congela” rentas
Hubo plan con maña en la manifestación en contra de la gentrificación. Todo indicaría que sí, porque dio pie a que la jefa del gobierno de la capital nacional, Clara Brugada, anunciara el primer bando de su banda, precisamente sobre el tema de vivienda.
No entiende que el detrimento del Centro Histórico de CDMX y de colonias que fueran señoriales como San Rafael y Santa María la Ribera obedeció en buena medida al congelamiento de las rentas que buscaban proteger a los inquilinos, pero que generó consecuencias negativas como el deterioro de los inmuebles y una menor oferta de vivienda. También provocó el abandono de edificios y la disminución de la inversión en mantenimiento.
Los propietarios, al no poder aumentar las rentas, redujeron o eliminaron las inversiones en la conservación y mejoras e incluso abandonaron los inmuebles.
Los inquilinos, al no ser dueños y al ver que los edificios se deterioraban, optaron por buscar viviendas en mejores condiciones, lo que contribuyó al abandono de ciertas zonas, por lo que estas comenzaron a poblarse con ciudadanos de menores recursos económicos que, por supuesto, no mejoraban las condiciones de su entorno e incluso las dedicaron al comercio informal.
Al mismo tiempo, la congelación de rentas desincentivó la inversión en la construcción y mejora de inmuebles, porque los rendimientos de su inversión disminuían al paso de los meses.
Tal es lo que no entienden Brugada ni su banda con su bando.
Recursos públicos, para el culto al caudillo
La contradicción profunda es que, desde el patíbulo público que hoy manipulan los cuatroteros inconscientes, se demuelen las bases del progreso popular, mientras los recursos se usan para el culto al caudillo, y se perjudican todos aquellos renglones que antes se destinaban, precisamente, a impulsar los avances de la población más necesitada, las franjas vulnerables de la sociedad.
La política de vivienda popular hoy no existe. Mientras que en el año 2017, uno antes de que llegarán las hordas de la 4T, la Reunión Anual de Gobernadores latinoamericanos del Banco Interamericano de Desarrollo, una de las instituciones más sólidas en el financiamiento a la vivienda, reconocía continentalmente el programa mexicano de Mejoramiento Barrial y Comunitario, así como las políticas de empoderamiento de las mujeres, aconsejando su inclusión en todos los protocolos de América Latina y del Caribe.
Todos coincidieron en expresar en la Reunión de Asunción, Paraguay, que “recaudar impuestos de la ciudadanía y devolvérselos de manera íntegra a fin de que decida qué acciones de mejoramiento y crecimiento humano se deben aplicar, es un acto de congruencia, transparencia, rendición de cuentas y justicia social”. Nada más, pero nada menos.
Hoy ya no hay nada de eso.
La 4T heredará un país cada vez peor
No hay un solo programa electorero del gobiernito de la dizque honestidad valiente, que proclama “primero los pobres”, que haya obtenido el respaldo financiero de la comunidad continental.
Ante esa evidencia, todos se preguntan ¿dónde están las políticas sociales tan cacareadas por la 4T? ¿En dónde están los billones de pesos del presupuesto que se tiraron al caño en búsqueda de popularidad y aceptación electoral? ¿Para qué sirven las ilusiones de Santa Lucía, el Tren Maya, la Refinería, el Transistmico, la Guardia Nacional, Mexicana de Aviación y otros fracasos, comoel rescate prometido y anunciado de Pemex, y tantas zarandajas que nos hemos tenido que tragar?
El programa de vivienda social, que no saben los cuatroteros en el poder para qué sirve o por qué se come, es la prueba palpable de la ignorancia, de la corrupción y de la incapacidad explícita de un gobiernito de cuates y leales que se dedican a esquilmar sin resultado alguno.
Y aun así, los cuatroteros siguen tirándole piedras a su propio tejado, sin saber que están destruyendo lo poco que había y dejando para sus hijos y nietos un peor país.
¡Qué desgracia!
Indicios
El 13 de febrero de 2020, AMLO dijo: “estamos pensando en cerca de un millón de acciones de vivienda” por realizar. Fue en el marco de su conferencia matutina. Durante todo su primer sexenio siguió pensándolo, pero sin hacer algo para concretarlo. La industria de la construcción, pivote del crecimiento económico, siguió paralizada por falta de permisos, licencias e incentivos. * * * Reciba mi reconocimiento por haber leído este texto. Como siempre, además, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!
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