José Luis Parra
En este país, donde lo imposible se vuelve costumbre y lo ilegal se maquilla con actas y sellos del INE, la elección judicial 2025 se convirtió en una coreografía perfectamente ensayada. Nada de espontaneidad. Nada de democracia. Aquí no hubo votación, hubo reproducción mecánica. Fue el Spotify de las elecciones: una lista de reproducción impuesta y con “modo aleatorio” desactivado.
El informe elaborado por el ministro en retiro José Ramón Cossío y el politólogo Alberto Medellín no solo levanta la ceja, también señala con el dedo. Acordeones, comportamientos calcados en todos los distritos, y combinaciones de votos tan idénticas como los discursos mañaneros. ¿Dónde quedó la dispersión natural que toda elección debería tener? La democracia se volvió un Excel con fórmulas predecibles.
Pero lo más grave no es la cooptación, sino su validación. Porque el INE, con su carita de demócrata, avaló lo que no puede llamarse elección sin sonrojarse. Y la oposición, como con el caso de Adán Augusto, durmiendo a pierna suelta. Tal vez esperan que la justicia venga en sobre manila con sello del Departamento de Estado. Total, si ya se perdió la soberanía electoral, que también se pierda la dignidad.
Acordeón legal, elección pirata
De las 16 mil 423 casillas donde ganaron los mismos nueve nombres, a nadie le brincó la anomalía matemática. Votaciones en serie como si fueran productos en fábrica. Chiapas, Guerrero y Querétaro fueron las nuevas maquiladoras del sufragio domesticado. Y mientras el pueblo cree que elige, los nombres ya estaban impresos en el acordeón antes de la primera boleta.
Una elección de nueve ministros con más precisión que un sorteo de lotería suiza. El colmo de la perfección. O el colmo del fraude. Usted decida.
INE: el verdugo se disfraza de árbitro
El INE ya no es el árbitro, es el notario del despojo. No invalidó la elección, pero sí multará a quienes fueron pillados en la coreografía. ¿Sanciones? Sí, con descuentos. Como si fueran promociones de Buen Fin para la corrupción.
A la ministra Yasmín Esquivel se le detectaron más irregularidades que en un taller de costura electoral. Propaganda prohibida, gastos no reportados, aportaciones ilegales… y, aun así, paga una miseria. ¿Por qué? Porque su “capacidad económica” no le permite más. Pobrecita. Hay sicarios fiscales que cobran más en impuestos a una fondita que al nuevo tribunal constitucional.
Hugo Aguilar, el nuevo presidente de la Corte, ni multa tiene. Santo súbito. Solo le faltó el milagrito para canonizarlo en la sala de plenos.
Morena pintando bardas con brocha ajena
El CEN de Morena será investigado por bardas que parecen murales del PRI de los 80. Usaron colores del partido y una amable invitación al afiliacionismo. Todo muy institucional, claro. No promovieron candidaturas, promovieron la marca. Un rebranding político con tinte de trampa.
Mientras tanto, el INE monitorea redes sociales, eventos y hasta boletos de autobús con propaganda. Pero no monitorea la legalidad ni la democracia. A ellos les importa que los gastos cuadren, no que la voluntad ciudadana exista.
Y la oposición… viendo Netflix
Con todo este cochinero, uno esperaría una oposición firme, unitaria, combativa. Pero no. Están igual que con la reforma judicial, con la Operación Acordeón y con la militarización institucional: calladitos. Tal vez aún están esperando instrucciones de algún club de lectura en Washington.
Y si de allá no viene la luz, aquí tampoco vendrá la justicia.