Eduardo Sadot
Después de lo sucedido con el dispendio de recursos sin control ni castigo en el Tren Maya, en el Aeropuerto (NAIM) que seguimos pagando por no haberlo hecho, el dispendio de la refinería de Dos bocas, la infiltración e incondicionales del presidente obrador en el INE, la CNDH, la desaparición de los organismos autónomos para garantizar la impunidad, opacidad y protección de la corrupción del obradorato, los actos de represión y censura a la prensa y a los ciudadanos que han manifestado su inconformidad – ahí el caso de Noroña contra un ciudadano — la perversa manipulación de los órganos legislativos para obtener violentamente una mayoría que no ganaron en las urnas, para después completarla con amenazas, chantajes, corrupción y presiones por parte de Adán Augusto – según lo manifestó el presidente del senado Noroña – como hoy se conoce vinculado desde hace muchos años a la delincuencia organizada, la amenaza firme y definida para modificar los procesos electorales para consolidar la dictadura en el país. Después de una larga lista de mentiras y corrupción imposible de contener y ocultar a estas alturas, conocida por todos y hasta en Estados Unidos, después de demoler al poder judicial para crear – con tómbolas y acordeones – a un Poder Judicial a modo y capricho del partido en el poder.
Donde Estados Unidos y Canadá que tienen firmado un tratado con México, que evidentemente no están dispuestos a someter sus temas controversiales del Tratado a un poder judicial amañado y parcial, ponen en peligro inversiones y viabilidad económica – por el capricho de un expresidente vinculado a la delincuencia – que hoy se comienza a saber enriquecido con la venta de fentanilo, la reacción de ambos países no tarda en dejarse sentir, de hecho, el castigo arancelario a México por el gobierno de Trump y extendido a otros países, es y ha sido producto de la molestia de amplios sectores Norteamericanos por la cantidad de muertos superior a las bajas sufridas en un siglo de guerras de Estados Unidos en el mundo. Esa es la molestia de amplios sectores de nuestros vecinos.
Esta semana se espera que desde el púlpito del salón Guillermo Prieto de Palacio Nacional, se desate una guerra de epítetos ¡a gritos! De quienes, acosados por las evidencias de corrupción, pretendan acusar de ¡traidores! a todos los mexicanos y opositores que apoyen – no a gobiernos extranjeros – sino a todo lo que abone a terminar con la corrupción, el nepotismo que quiso combatir la presidente Sheinbaum – y no la dejaron, solo le permitieron que pudiera legislarse después del 2030 para que los nepotes del régimen pudieran seguir beneficiándose – esta semana veremos toda una campaña para que el régimen se cubra – o pretenda cubrirse – con el manto del nacionalismo y la soberanía, para engañar a la población y justificar la corrupción de MORENA, para proteger a Adan Augusto el primer distractor y gran señalado es Alejandro Moreno Cárdenas, (Alito) y el segundo es Ricardo Anaya Cortes, para mañosamente desaforarlos, una 4T babeante de venganza, igual que sus antecesores la 3T de Victoriano Huerta, la 2T de Porfirio Díaz y la 1T de Santa Ana. P
ero a ello seguirá una lista larga, de legisladores y todos los mexicanos que ya están hartos de contemplar mansamente la destrucción de la patria.
Ante los abusos contra las clases y la tropa militar y marina, los generales y almirantes que han permanecido callados, disciplinados pero inconformes, surge de la garganta de un México colmado hasta el hartazgo de mentiras un ¡ya basta! Si no entienden, y siguen apostando a que al pueblo lo controlan con la delincuencia y unas fuerzas armadas dóciles y corrompidas. ¡El gobierno no es la soberanía nacional! Y aunque convoquen a una gran manifestación pagada y manipulada para el domingo, hace muchos años que el pueblo no es el mismo que el gobierno ¡ya basta!
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