Aunque Pese
Por Salvador Martínez G.
La guerra geopolítica, que no comercial, que ha iniciado Donald Trump con su arbitraria imposición de aranceles a capricho a las distintas naciones con las que comercia, puede acelerar la confrontación global al grado de riesgo de enfrentamientos nucleares.
La prepotencia y arrogancia del presidente de Estados Unidos, que raya en lo absurdo, pretende someter a sus designios a todas las naciones del orbe, pero esto no le ha resultado tan fácil, y actualmente enfrenta los peligros de incluso perder su hegemonía mundial.
El grupo de países integrados a los BRICS ha desarrollado políticas monetarias alternativas al dominio del dólar en las transacciones comerciales hasta lograr crear una nueva moneda para el trasiego de productos entre estos países, aunque desde ya el comercio bilateral entre Rusia y China, o Rusia e India, opera en sus propias monedas, al margen del billete verde, otrora todopoderoso.
Apenas el copetón convicto anunció que subirían 25 por ciento los aranceles a India, aunados al 25 por ciento ya implementado para llegar a un 50 por ciento a partir del 27 de agosto, como represalia a la compra por Nueva Delhi de petróleo a Rusia.
También impuso aranceles por 50 por ciento a Brasil, por no someterse a su control y mantener comercio con Rusia. Olvida que Brasil, como Rusia, China, India y Sudáfrica, son los fundadores de los BRICS, a los que se han sumado por lo menos 14 países más, como sólido bloque ante los abusos de Washington.
México ha mantenido una política comercial cercana a su vecino del norte, pero no ha descuidado sus relaciones con los BRICS, lo que le da cierto grado de fortaleza en sus difíciles negociaciones con Estados Unidos.
Trump sigue con sus locuras, pero nadie sabe si logrará sus objetivos o apresurará la caída del imperio que hoy encabeza.
SUSURROS
Muy bien recibido fue el anuncio de reestructurar Pemex, con el que se pretende que la petrolera mexicana sea autosuficiente a partir del 2027 y lograr reducir su deuda de 99 mil millones de dólares a 77 mil millones de dólares para 2030.
Además, se incrementará la producción petrolífera hasta llegar a 1.8 millones de barriles crudos, así como la producción de gas natural y los refinados para lograr producir el 80 por ciento de gasolinas, diésel y turbosina que el país requiere.
El plan será viable, por lo que ha sido aplaudido por todos. Lo importante ahora es que se cumpla en sus términos y propósitos, porque una falla sería demoledora para la “Empresa del Estado” y del país..
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