La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Si compitiera para rey feo, seguro no gana, pero, al menos, sería congruente
El diputado, Sergio Gutiérrez Luna, tiene una tremenda adicción por aparecer en los medios de comunicación, no obstante, como a los conejos, los destellos mediáticos lo encandilan y pierde la capacidad de comprender que cae en la fatuidad, por decirlo con un eufemismo.
Ya sea ‘cascareando’ con el ‘matador’ Luis Hernández, en el salón de plenos de San Lázaro o compartiendo escenario con Jaime Maussan, para presentar los cadáveres momificados de un par de ‘alienígenas’, Gutiérrez busca ser el ‘ajonjolí de todos los moles’.
Pero, eso no es todo, la cacería legaloide que emprendió contra una ciber usuaria por hacer una referencia ‘impropia’ a la legisladora Diana Karina Barreras (su esposa), les generó un repudió atroz en las redes sociales, además, la saturación de imagen que tuvo la pareja, motivó que un periodista exhibiera el lujoso tren de vida que llevan, mismo que no se corresponde con sus ingresos.
El susodicho, de larga trayectoria panista es, solamente, un personero a las órdenes de Adán Augusto López, así pues, no es un militante distinguido que pertenezca a la aristocracia de la 4T, es arribista. Por ello, cuando acusa ‘guerra sucia’ en su contra, mueve a risa en virtud de su desmedido ego.
Por fortuna, todo indica, que el ostracismo al que parece condenado Adán Augusto, lo mandará de nueva cuenta al graderío, lugar del que no debió salir, para intentar ‘vender espejitos’ en Veracruz.