CONTRASEÑAS
+ Enredos en la Secretaría de Salud que dirige el doctor Valentín Herrera Alarcón.
+ La omisión en el servicio público también es un pecado social.
+ Algo pasa en la subdirección de Recursos Humanos y en Salud Mental de SESVER.
Miguel Valera
No cabe duda que al doctor Valentín Herrera Alarcón le ha tocado bailar con la más fea en la Secretaría de Salud del Gobierno del Estado de Veracruz. Primero, ha tenido que aguantar vara frente al mar de irregularidades encontradas por parte del ex director Administrativo de Servicios de Salud, Jorge Eduardo Sisniega Fernández, quien luego del “deber cumplido” en el sexenio pasado, disfruta la dolce vita en algún lugar de Estados Unidos.
Aunque se ha ventilado que existen denuncias en su contra por un presunto daño patrimonial que rondaría los 200 millones de pesos, fuentes consultadas por este reportero aseguran que no pasará nada, que todo se dejará al olvido, apostándole a la flaca memoria de los veracruzanos. Las irregularidades detectadas por más de mil millones de pesos en la contratación de servicios subrogados para equipos médicos, se irían al archivo muerto.
Sin embargo, las denuncias de las que se hablan en el sector, van creciendo, lo mismo en materia de recursos humanos que en las áreas financieras. Nos cuentan, por ejemplo, que urge un tratamiento a la directora de Salud mental Cynthia Payán López, quien llegó al puesto por el Dr. José Salvador Aburto Morales, quien fuera Director de Atención Médica, ya que fue removido a otra área porque nomás no dio los kilos ahí.
Dada su cercanía con el Secretario, el doctor Aburto logró colocar en su lugar a Alberto León Ponce, quien estuvo apenas unas semanas e igual fue removido por el propio Secretario Valentín Herrera Alarcón colocando al doctor Roberto García, quien no pertenece al círculo de José Salvador Aburto Morales. Fue ahí que empezaron los problemas, dado el empoderamiento de Cynthia Payán López, quien se ha dedicado a acosar al personal de una manera enfermiza.
Un personaje digno de ser estudiado por el viejo Sigmund Freud, a Cynthia Payán López le caracteriza su megalomanía, su narcisismo su neurosis y paranoia, que pone en práctica al hacer uso de la presión y el acoso laboral a los empleados de Servicios de Salud de Veracruz en donde sigue despachando. Comisionados, preferidos, jugosos salarios y compensaciones a su círculo cercano, acoso laboral, son algunos rasgos de la actuación de esta funcionaria en la dependencia.
Hace muy poco, en el mes de abril, una trabajadora tuvo que pedir su cambio de adscripción, ya que hasta el hospital fue a parar debido al acoso laboral del que fue objeto. ¿La responsable? Sí, nada menos y nada más que la señora Cynthia Payán López. Una raya más al tigre de esta funcionaria que no respeta para nada los principios de la Cuarta Transformación que rigen a este gobierno.
La actuación de funcionarios menores, que mucho daño le hacen al doctor Valentín Herrera Alarcón se extiende a áreas de la subdirección de Recursos Humanos, donde despacha la muy experimentada Marcela Pozos Jerónimo. Ahí, la Jefa de Administración de Personal, Noelia Lagunes y su incondicional, Rosa Isela González Martínez tratan con la punta del pie a trabajadoras y trabajadores. “Su trato ha sido constantemente hostil, con gritos y regaños, ignorando nuestros derechos humanos y laborales”, nos dicen en una denuncia que llegó a nuestras manos.
Rosa Isela González Martínez, añaden, se siente dueña de la dependencia, actuando sobradamente. Apenas el pasado 30 de julio realizó cambios, removiendo a persona con amplia trayectoria y experiencia. Los líderes sindicales callan, como momias y nadie defiende la antigüedad, la experiencia y los derechos de los trabajadores.
“Y nos preguntamos ¿por qué se remueve a personas comprometidas con su trabajo, mientras otros son beneficiados por la administración anterior y permanecen en sus puestos sin consecuencia alguna? Con la nueva administración también fue reincorporado Eduardo Hernández Márquez, quien durante su paso por la Subdirección de Recursos Financieros, fue señalado por acoso sexual por diversas compañeras. Posteriormente, gracias a sus vínculos con Guadalupe Estrella González Chang y Alicia Yazmín Vázquez Cuevas, fue nombrado jefe de Administración de Personal, donde continuaron los señalamientos por acoso laboral y sexual”, exponen en la denuncia.
“Eduardo Hernández Márquez fue finalmente removido del cargo por la propia Alicia Yazmín, acusado de abuso de confianza al otorgar una plaza de base a su hijo, apenas un mes después de haber sido nombrado jefe. También fue señalado nuevamente por acoso sexual. Sorprendentemente, fue comisionado al Órgano Interno de Control y tras el cambio de titular en esa instancia, fue regresado al Departamento de Administración de Personal, primero como asesor y después como encargado de la nómina de formalizados, presuntamente gracias a su cercanía con la Lic. Rosa Isela González Martínez”.
“Es cierto que algunas personas cercanas a la exsubdirectora fueron removidas, sin embargo, otras aún permanecen con beneficios obtenidos por favoritismos, como es el caso de Jesús Antonio Rodríguez Mejía y José María Hernández Vázquez, quienes obtuvieron cambios de código y adscripción. También Ángel Caracas, quien en su primer mes como jefe se auto benefició con un cambio de nómina de A1 a A6 y se autonombró encargado de mesa de contratos y removió a personal con antigüedad, sin que hasta la fecha haya consecuencia alguna”.
“Nos sentimos temerosos y molestos de que se sigan permitiendo este tipo de acciones. Tememos ser nuevamente víctimas del acoso y malos tratos de Eduardo Hernández Márquez, así como del comportamiento abusivo de la Lic. Rosa Isela González. Otro caso preocupante es el de Héctor Roa Ficache, actual Jefe del Departamento de Sistematización de Pagos, quien fue asignado por sus amistades con exfuncionarios. Obtuvo una plaza en una nómina con código más alto y dejó la suya para que fuera ocupada por su pareja sentimental”.
La denuncia está ahí, a la vista. El doctor Valentín Herrera Alarcón tendrá que ponerse las pilas y poner orden, porque la instrucción de la gobernadora Rocío Nahle García ha sido muy clara de ponerse a trabajar, de no permitir la corrupción y la deshonestidad en ninguna de sus formas. No cabe duda que la omisión en el servicio público también es un pecado social.
@MValeraH