La política en rosa
Elsbeth Lenz
Eso es lo que le debe haber dicho Yarazeth Zepeta García, una enfermera de 37 años que trabajaba en el Centro Estatal de Cancerología al Fiscal con el que denunció acoso, agresiones, allanamientos e incluso tres robos.
El o la fiscal de atención temprana donde denunció Zepeta García, le debe haber dicho “Esperemos que no sea así”, luego dio entrada a la carpeta de investigación, habrá dicho que la turnaría a la Unidad que investigaría el caso… Hoy en día seguro la carpeta sigue ahí, sin haber sido asignada a ninguna unidad. La Fiscalía General del Estado no sirvió de contención, quizá por desidia, quizá por exceso de trabajo y también porque no era importante “a muchas mujeres las acosan y no vienen aquí a quitarnos el tiempo” pensarán seguramente los Fiscales de Atención Temprana.
En el caso de Yarazeth y en muchos otros sí las mataron, Yarazeth Zepeta fue asesinada el 22 de abril del 2023 en su domicilio por su vecino Mauro Armando “N”, quien presuntamente buscaba robarle. El caso fue tipificado como feminicidio y el presunto responsable está en prisión preventiva… no se le ha juzgado, ahora sí y valga la redundancia ¡Juzgue usted!
Hoy existe el programa Veracruzana Protegida, que es un mecanismo mediante el cual se omite la intervención de la Fiscalía y un juez puede emitir directamente la orden de protección, sin embargo esto no es suficiente, porque el problema es mucho más complejo, yo misma lo vivo en carne propia, con mucha vergüenza acepto que tiene meses que sufro el acoso de un vecino, un sujeto muy joven y poderoso amigo de funcionarios de alto perfil, que se ha dado a la tarea de acosarme e intimidarme desde hace poco mas de 6 meses, empezó moderadamente y con el tiempo el acoso, ha ido escalando.
Nunca me pasó por la mente denunciar, porque eso ni es delito y sabía que sería una pérdida de tiempo ir a la Fiscalía General del Estado a pasar 5 horas de mi vida con resultados nulos, así que opté por pasar por alto sus agresiones e intimidaciones, pensé ¡No pasa nada! hasta que me di cuenta que el sujeto en cuestión, pasa horas en sus cámaras de vigilancia, siguiéndome cuando entro y salgo y ahí fue donde me entró el miedo, una persona tan joven perdiendo su preciado tiempo en seguir y vigilar a una señora como yo, no es normal.
Confieso que me siento avergonzada, como si lo hubiera provocado yo, porque ¿Cómo es posible que esto me pase a mí? Me he preguntado, lo he comentado con algunos amigos y conocidos, todos me han dicho ¡No exageres! ¡No va a pasar nada! ¡No hagas caso! Así que he tenido que sobrellevar el acoso, la intimidación y la vigilancia constante, que son por si mismo una agresión, como Dios me ha dado a entender y sola, pensando que exagero, pero la angustia y el miedo ahí siguen.
Desde que esto me pasa a mí, me he dado cuenta que las mujeres hemos sido solidarias con todas las luchas y guerras de los grupos minoritarios y desprotegidos, menos con nosotras mismas, porque muy pocas han mostrado solidaridad o empatía con lo que me ocurre, nadie toma en serio el acoso y este, es la antesala del feminicidio.
Por más que se implementen programas como el Veracruzana Protegida, que tengo noticia ha sido muy exitoso y celebro al Gobierno Estatal y el Poder Judicial por su implementación; nunca vamos a tener los resultados idóneos, hasta que la sociedad se muestre sensible con las víctimas de acoso y tome en serio sus denuncias.
El acoso debería de ser un delito grave, puesto que si bien físicamente no infringe daño alguno, psicológicamente te acaba, en mi experiencia he experimentado pánico, temor, ansiedad e insomnio, me ha robado la paz y no me siento segura ni en mi casa, he pensado hasta en mudarme y no me ha quedado otra que transitar por esto con valentía, en una de esas me saca el acosador hasta de mi casa.
Lo lamentable es que resulta muy complicado todo esto y es justo ahí donde nos damos cuenta que el machismo, la cultura y la educación que recibimos desde nuestro hogar, es la responsable de todas estas conductas, el hombre muchas veces animado incluso por su madre o su pareja acosa, agrede y violenta a la mujer porque puede, quiere y le está permitido, porque nosotras las mujeres acosadas exageramos y tenemos la obligación de ser fuertes y hacer un esfuerzo sobrehumano para no tener miedo del acosador, que finalmente es un agresor psicológico.
Así de simple es esto, las mujeres con todo y que tenemos presidenta, gobernadora y un puñado de mujeres en el poder, tenemos que ser el doble de fuertes, el doble de cabronas y el doble de astutas, para poder transitar por la vida.
Actualmente si me matan, como han matado a tantas mujeres, a nadie le importará y en una de esas seguramente muchos dirán !Se lo buscó!
• En España, en 2024 el 31 % de las mujeres asesinadas por violencia machista habían denunciado previamente a su agresor, y en algunos casos ya contaban con órdenes de alejamiento.
• En Perú, un estudio reveló que el 24 % de las mujeres que buscaron protección ante la justicia fueron posteriormente asesinadas por el mismo agresor.
• A nivel global, una estadística de la CEPAL (para América Latina y el Caribe) indica que en aproximadamente un 22 % a 35 % de los feminicidios había antecedentes reconocidos de denuncia o medidas cautelares antes del crimen
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