DE FRENTE Y DE PERFIL
RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
Condenaron a la generación anterior, esa que les antecedió y de la que surgieron varios gobernadores y políticos que alcanzaron dimensión nacional.
Andrés Manuel López Beltrán (el mismo al que no le gusta que le digan Andy) los condenó de forma enérgica y hasta les reclamó, deslindandose de ser como ellos.
“No somos estos juniors, abusivos del poder”, dijo el hijo del entonces Presidente Andrés Manuel López Obrador.
El propio Ejecutivo federal refirió que sus hijos no participarán en política, mientras él se mantuviera como Presidente de la República.
Y así fue, José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo, se mantuvieron alejados de la política, aunque no de los negocios, donde fueron evidenciados una y otra vez por su cercanía de ellos y sus amistades con las licitaciones convocadas por el gobierno.
Los tres hijos adultos del Presidente obedecieron la indicación de su padre, sin que ello signifique que no fueron juniors abusivos del poder.
Conforme se terminó el primer gobierno emanado de MORENA, los hijos de los principales personajes del poder surgieron como cardúmenes y fueron atraídos por el delicioso olor del poder y el dinero.
El propio “Andy” decidió o decidieron por el que debía incorporarse a las tareas del partido, pero en un buen nivel. La secretaría de Organización del Movimiento de Regeneración Nacional era un lugar adecuado, ya que por ahí tienen que pasar las nominaciones de todas las candidaturas a cargos de elección popular.
Ese sitio le otorgó poder y el poder recorrer todo el país, para darse a conocer, tal y como lo hizo su padre.
Su primer encargo fue un fracaso, Durango donde sentó su cuartel fue ganado por la alianza PRI-PAN y después se posicionó MC, MORENA, simplemente no pintó.
López Beltrán consideró que fue una jornada extenuante, por lo que se merecía unas vacaciones relajadas y marchó a Japón de forma discreta.
Andy es la cabeza del grupo de jóvenes de MORENA catalogados dentro de la juniorcracia, aquella que tanto satanizan, pero ahora buscan enaltecer.
Ya desde el sexenio anterior Miguel Torruco Garza, hijo del secretario de Turismo buscó y alcanzó un sitio en la Cámara de Diputados, privilegiado por los bondadosos espacios de plurinominales, los mismo que hoy se busca desaparecer. Tres años después Miguelito quiso ser alcalde de Miguel Hidalgo, fracasando en su intento.
Pedro Haces, hijo del diputado del mismo nombre, aprovechó los espacios y se postuló para la alcaldía de Tlalpan, aunque su partido no lo respaldó y se cobijó en una diputación local plurinominal.