Aquí en el Congreso
Por José Antonio Chávez
El armado de la reforma Electoral que estará a cargo de Pablo Gómez, tendrá que constituir la aceptación del partido Verde con Manuel Velasco y, muy callado, pero con mayor fuerza del propio líder de la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal.
Esa reforma no podrá llegar a cortar cabezas como quieren los asesores de la Presidenta Claudia Sheinbaum.
De entrada, el planteamiento de la señora Presidenta es que la nueva reforma Electoral elimine los 200 diputados y los 32 senadores plurinominales.
Además, que recorten en más del 50 por ciento los recursos que se les asignan a los partidos políticos que dependen de esos dineros para su operatividad, vaya campañas, pagos a salarios, mantenimiento de sus fuerzas políticas en los estados, etcétera.
También quieren, en Palacio Nacional que esa reforma constituya un nuevo INE de una manera similar a la que se instaló la reforma al Poder Judicial de llevar por voto a los ministros, magistrados y jueces, es decir que los nuevos consejeros sean elegidos por el voto popular, el que mayor número tenga será el presidente.
Desaparecer los OPLES que son los organismos electorales en los estados, y que en su mayoría los integrantes son personajes a modo d ellos gobiernos en turno. Duplican, en su mayoría, se podría decir las funciones del INE.
Bueno, para poder llevar a cabo la super reforma Electoral, la señora Presidenta sabe de antemano que se necesita de los votos del Partido Verde, pues por ser de carácter Constitucional se necesitan los dos tercios del Congreso.
Por ese pequeño detalle de requerir los votos del Verde, Sheinbaum se ve en la necesidad de construir una reforma que lleve, prácticamente la aceptación de Manuel Velasco para que puedan entregarle los votos.
Basta recordar que el Partido Verde y los legisladores de Morena ya desobedecieron con la reforma al Nepotismo, la señora Presidenta la quería aprobar para que entrara en vigor para las elecciones del 2027 y la rebeldía la obligó a aceptar que entrara hasta el 2030.
La razón del Partido Verde, es muy sencilla: está preparada la senadora Ruth González, esposa del actual gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo para sucederlo, entonces si la reforma de Nepotismo entrara en el 2027 que son las elecciones en esa entidad y 16 más en el país, en automático la descarrilarían, esa fue la razón.
Esa reforma también afectaba a Saúl Monreal, hermano de Ricardo Monreal, pues se está preparando, con las encuestas a su favor, para suceder a su hermano David, actual gobernador de Zacatecas.
Ricardo Monreal adelantó que en la Cámara de Diputados que además la preside el morenista, Sergio Gutiérrez, habrán de contribuir sus propuestas, de todas las fuerzas políticas para un armado de una mejor reforma, legitimada por todos los partidos políticos.
Pero Monreal no contempla la eliminación de las plurinominales, más bien adelantó la posibilidad de crear una figura que obligue a todos los que aspiren un cargo al Congreso de la Unión participar en campañas, vaya que se acabe el privilegio de darles esa beca de pluri sin despeinarse.
Monreal como el propio Adán Augusto, coordinador de los senadores, son los que tienen la última palabra y no se crea que es la que les dan en Palacio Nacional, no, es la que ellos consideran que se debe aplicar, entonces la señora Presidenta no puede estar tan segura que pase su reforma sin moverle una coma, pues esos tiempos se quedaron en el sexenio pasado.
RESCATE DE PEMEX, UN TOTAL ENGAÑO
Los datos que ofreció el coordinador de los diputados del PRI, Rubén Moreira sobre los costos que puede generar el rescate de PEMEX, son preocupantes.
De entrada, dijo que ese plan estratégico para su rescate, no es más que un verdadero engaño, un intento desesperado por tapar con dinero público una crisis que ya costó 3.4 billones de pesos.
Y naturalmente con un daño extraordinario a cientos de empresas proveedoras que están, las que todavía sobreviven en los límites de desaparecer por la falta de pagos de PEMEX, pues hay un adeudo de 400 mil millones de pesos.
Moreira simplemente sintetizó que: “Pemex no solo está quebrada, sino que el gobierno quiere que los mexicanos paguemos una y otra vez por un problema que ellos mismos generaron. Este plan es un engaño para la ciudadanía; no hay claridad, no hay estrategia y lo único que queda claro es que seguimos destinando recursos públicos que deberían ir a salud, educación y seguridad”.
Qué decir del apoyo fiscale que recibió PEMEX en el sexenio de López Obrador, con 2.1 billones de pesos y que todavía así, se perdieron, al final 1.3 billones que en suma la inversión de subsidio o apoyo fiscal fue de 3.4 billones.
Como dato, en 2018, cuando llegó al gobierno, Peña Nieto dejo una producción de 1.8 millones de barriles diarios, López Obrador disminuyo la producción en 1.3 y 1,4 millones de barriles diarios.
No pierda de vista que López Obrador nunca habló del endeudamiento que dejó a México cuando terminó su sexenio, es decir que recibió su gobierno en 2018 una deuda de más de 10 billones de pesos y al terminar su sexenio la deuda la creció a 17.5 billones de pesos, es decir se endeudo con más de 7 billones en un sexenio a lo que desde 1988 al 2018 la cifra era de 10 billones. Y de eso nadie dice nada.
Jachavez77@yahoo.com