No Pasa Nada
Por: Jesús Solano Lira
A casi un año de la violencia generada por la lucha entre “Los Mayitos” y “Los Chapitos”, tras la detención de Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López en Estados Unidos, Sinaloa es un desastre, y conforme avanzan los días, las víctimas colaterales van en aumento, así como los asesinatos de adolescentes.
La semana pasada, en un lapso de menos de 24 horas fueron asesinados dos jóvenes: Pavel, de 15 años, con autismo, fue baleado, de acuerdo con testigos, frente a sus familiares; horas después fue ultimado Omar Alexander, de 16 años, también con arma de fuego.
Pese a la presencia de fuerzas federales, estatales y municipales, la violencia no se ha detenido en Sinaloa, un estado que se le desmorona al gobernador Rubén Rocha Moya, quien se ha distinguido por su indolencia, indiferencia y su política del No Pasa Nada, y sus desafortunadas declaraciones.
La muerte de víctimas colaterales (mujeres, niños, adolescentes, jóvenes y adultos, adultos mayores) duelen, en un México donde la violencia se ha convertido en algo muy cotidiano, en el día a día de los mexicanos que han perdido la capacidad de asombro.
Lo más lamentable, es que los asesinatos no paran y la violencia relacionada por los conflictos entre las facciones del Cártel de Sinaloa, han dejado, al momento, 62 menores de edad asesinados en los últimos 11 meses. Cuántos más, para frenar la violencia en el estado.
En ese contexto, el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, mantiene su narrativa de deslindarse de su responsabilidad de procurar seguridad a los jóvenes. Tras condenar los asesinatos de los adolescentes, reconoció que en el estado hay un grave problema de reclutamiento de adolescentes por parte del crimen organizado.
Sin tener conocimiento de causa, y en su afán de calmar las aguas señaló que la muerte de esos menores: “Es algo que impacta socialmente; lamentablemente, en este caso actuaron criminales que reclutan a chamacos para la confrontación, y eso es muy lamentable”, y más lamentable es su ineficaz gestión.
Pérdidas por la violencia
La confrontación entre las facciones del Cártel de Sinaloa, también le ha pasado una muy fuerte factura a la economía de la capital sinaloense.
En estos once meses, la lucha interna entre “Mayitos” y “Chapitos” ha ocasionado un impacto económico sin precedente en Culiacán, con pérdidas por más de 36 mil millones de pesos, la desaparición de 36 mil empleos, así como la pérdida de siete mil empleadores que cerraron o migraron a la informalidad, revelan datos de la Coparmex-Culiacán. Sin embargo, ese sector no se dobla y emprende.
La dirigente de la Coparmex en Culiacán, Martha Reyes, ha denunciado que lejos de recibir apoyo, el gobierno impone obstáculos al desarrollo económico, caray que manera de restar y no sumar.
Para revertir el daño, el sector privado a puesto manos a la obra, y ha comenzado a convocar a un pacto de unidad, y con diversas asociaciones, hacer la chamba que el gobierno ha sido incompetente en realizar.
En un clamor de paz, la Coparmex y diversos organismos empresariales, comerciantes, artesanos, abogados y sociedad civil convocaron a la marcha “Ya Basta, Queremos Paz’, que se llevará a cabo el domingo 7 de septiembre en Culiacán a las 9:00 horas, cuya ruta será de “La Lomita” a la Catedral de Culiacán.
La marcha tiene como objetivo visibilizar a nivel estatal y federal, las afectaciones económicas y sociales que la crisis de violencia ha dejado; así como exigir, y vaya que es una justa exigencia, al gobierno federal y estatal la pacificación en la entidad.