ÍNDICE POLÍTICO
FRANCISCO RODRÍGUEZ
Buenas nuevas llegaron desde Bolivia a México la noche de este último domingo: Movimiento al Socialismo (MAS), partido que gobernó el país por casi 20 años con el desprestigiado Evo Morales al frente quedó en los últimos lugares de las elecciones celebradas ese día en el país austral. Apenas alcanzó el 3.2 por ciento de los votos.
Y eso marca allá el fin del llamado Socialismo del Siglo XXI que aún proclaman el tambaleante Nicolás Maduro, en Venezuela; Daniel Ortega y cónyuge, en Nicaragua; por supuesto Cuba, con Miguel Díaz-Canel, y en cierta medida AMLO y Claudia Sheinbaum con su régimen de Cuarta… Transformación en nuestra nación.
Como actualmente sucede en Morena, MAS se enfrascó en disputas internas que enfrentaron a Morales con el presidente saliente Luis Arce –¿le suena similar a Adán Augusto y Andy López, Monreal, Delgado, et al, enfrascados en broncas y desobediencias a la Presidente formal?–, y repercutió en los resultados electorales: el candidato oficialista, Eduardo del Castillo, terminó en los últimos lugares.
Y tal allanó el camino para que, en segunda vuelta a celebrarse el próximo 19 de octubre en la que contenderán Rodrigo Paz Pereira y Jorge Tuto Quiroga acaben de sepultar a Morales y a su Movimiento al Socialismo.
El primero como candidato independiente, aunque con el apoyo de la democracia cristiana, y el segundo, también independiente, aunque con base socialdemócrata.
Ni duda cabe. Junto con Argentina, políticamente presidida por el derechista Javier Milei, en el sur del continente va muriendo el sueño bolivariano y castrista impulsado con recursos de todo tipo por los ya fallecidos dictadores Fidel Castro y Hugo Chávez, lo que muy posiblemente augura que la mala copia mexicana impulsada aquí por AMLO tampoco durará mucho más.
Porque, como todo, ya tuvo un principio y tendrá un final. Por lo pronto ya inició el declive en su popularidad y efectividad, debido a varios factores que han contribuido a su debilitamiento, incluyendo el desgaste político interno, la corrupción de sus principales exponentes, familiares y allegados, su cinismo y, claro, los resultados electorales desfavorables por los problemas económicos que ha generado y por cambios notorios en la percepción pública.
La economía mixta desechada
El socialismo del siglo XXI nunca ha sido para las sociedades serias la revolución bolivariana ni el castrismo, ni el peronismo, ni el chavismo, ni las miserias del Foro de Sao Paulo. Tampoco ha sido el socialismo corporativo de Xi Jinping, ni el de El Libro Rojo de Mao Zedong, ni las versiones rusas de Vladimir Putin. Es el mexicano de la Constitución de 1917 y su modelo de economía mixta.
Esto es una bofetada, más que un halago. Es la real carcajada del gato hacia donde nos ha conducido el profeta tabasqueño y sus pelotones de mediocres y salvajes alucinados por sus ocurrencias, con Sheinbaum a la cabeza.
La tragedia es que, teniéndolo todo, no nos queda nada. Somos el hazmerreír del mundo, y éramos la antorcha viva del progreso. La revelación constitucional de la política, el ejemplo viviente de lo que tenía que hacerse.
Mientras en México los chairos y amlovers siguen creyendo que descubren las revoluciones, que se amarran los perros con longaniza y que se puede al mismo tiempo tocar las campañas y andar en la procesión… mientras el chairopopulismo sigue inspirándose en los pensamientos y acciones furcias del chavismo para arremeter contra la población con todas sus diarias ocurrencias… en el resto del planeta se piensa exactamente lo contrario.
En el mundo desarrollado, en efecto, se cree que, porque los mexicanos tenemos el modelo más perfeccionado de desarrollo, basado en la economía mixta, contenido a nivel constitucional, el nuestro es el sistema perfecto, donde se apoyan el sector público y el privado para sacar adelante a la nación. No puede ser de otra forma, argumentan.
Por tal no se explican por qué el caudillo que habita en Casa “La Chingada” recurre a los impuestos a gatos y mascotas, a la criminalización de los ahorros y depósitos bancarios por cinco mil pesos, a la venta apresurada de Cetes, al recorte a los programas agropecuarios y alimentarios, al incumplimiento de su promesa de poner el equivalente a los montos que mandan los migrantes en sus remesas para abastecer de fondos a los programas sociales… o a rellenar las bolsas particulares de los mentecatos.
Y es que, señalan, la inspiración ideológica de los programas sociales y de las acciones en favor de los grupos vulnerables de la sociedad, en buena parte del mundo desarrollado del norte de Europa, los protocolos de investigación social en sus universidades, se basa en los principios de la economía mixta mexicana.
Dinamarca, lo que México fue
Así ha sido los últimos 55 años en los que los sistemas de reivindicación social de las mayores economías de la península escandinava han sido construidos sobre los orígenes y aplicaciones de los programas mexicanos contra la intolerancia, la discriminación y la desigualdad. No hay mejores pautas, argumentan.
Allá nos elogian por lo que logró hacer hasta la década de los 70’s del siglo anterior el régimen surgido de la Revolución de 1917. Dicen que aquí los empresarios deberían ser, según el texto constitucional, los principales socios del Estado. Lo que no saben es que son agredidos y deturpados con suma arbitrariedad.
Lo que no alcanzan a comprender es que los programas en favor de los grupos vulnerables se han ido al caño y que, los que quedan, están en la basura. Mientras ellos siguen creyendo que en nuestra Constitución se encuentra la clave, así lo dicen, del socialismo del siglo XXI. Así, como se oye.
Suecia, Noruega y Dinamarca, las monarquías parlamentarias más exitosas del mundo, las que han logrado el reconocimiento internacional por sus programas económicos mixtos y por haber alcanzado los primeros lugares en el ranking mundial de las economías, juran que lo han logrado a base del pensamiento mexicano.
Espero el colapso de la 4T
Y aquí, aunque el modelo de la economía mixta es derecho vigente y positivo, los chairos del régimen de Cuarta… no sólo lo postergan, también lo demonizan despreciando sus principios. Allá lo quisieran para un domingo. En los países nórdicos desarrollados, no desplazan al empresario, sólo tienen muy claro que cada uno tiene su sitio.
Y que el aparato estatal debe intervenir en aquellas cuestiones que no competen a la iniciativa privada, por no ser lo suyo. Las cuestiones de interés público, las materias de las que depende el desarrollo general del país deben estar bien delimitadas, como dice la Constitución mexicana. En todo lo demás, debe intervenir la iniciativa privada, regulada y protegida por las leyes.
En síntesis, en un entorno de dinastías seculares, como las suecas, noruegas y escandinavas, que tienen en el poder algunos siglos –sólo interrumpidos por la dictadura nazi– aplican a pie juntillas y con devoción popular lo que nosotros, con el chairopopulismo, abandonamos hace algún rato.
Pero eso sí, los chairos del metate de barro, el frijol, el arroz, el parecito de zapatos, la ropita vieja y la carcachita para ser felices, no se cansan de elogiar los sistemas de protección social a los grupos vulnerables que tienen los nórdicos, aunque aquí adentro hagan como que la virgen les habla.
Pero pronto, muy pronto, como en Bolivia, como en Argentina y hasta en el Brasil del suplicante Luiz Inácio Lula da Silva –sin que Donald Trump se digne siquiera a contestarle– ¡eso también aquí se va a acabar!
Y espero estar todavía aquí para suscribir lo que, apenas, el colega Adam B. Kushner publicó como editor del boletín cotidiano del The New York Times:
“El colapso de una dictadura es el momento en que sus súbditos finalmente pueden confrontar el pasado. Es el momento de encontrar a los desaparecidos, de rescatar los cuerpos, de responsabilizar a los jefes y de resarcir a las víctimas. También es el momento del periodismo. El público se ha beneficiado de reportajes increíbles tras la caída de los déspotas en Argentina, Egipto, la Unión Soviética y muchos otros lugares. Ese tipo de trabajo, el de exponer atrocidades, fue lo que me motivó a ser periodista.”
Indicios
En octubre de 2024, apenas ella tomó posesión del Ejecutivo Federal –aparentemente, al menos–, Evo Morales pidió al gobierno de México que fuese mediador en el conflicto interno del MAS que aún lo tiene enfrentando con el presidente Luis Arce, su antiguo ministro de Economía. Morales manifestaba tener “mucha amistad” con Claudia Sheinbaum y que sería positivo “un seguimiento, una mediación, para el bien de la democracia boliviana y fundamentalmente para bien de la vida de la gente humilde”. Obviamente, ella fracasó como mediadora. Aquí ni siquiera ha podido enfrentar a sus opositores dentro de Morena. * * * Por hoy es todo. Reconozco la atención que haya podido prestarle a este Índice Político y, como siempre, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!
https://www.indicepolitico.com
indicepolitico@gmail.com
@IndicePolitico
@pacorodriguez