DIARIO DE ANTHONY
Señor mío y Dios mío… a quien nunca he visto, y a quien nunca he de ver, así tenga la mejor de las cámaras de ultra tecnología…
Gracias por permitirme vivir este día con todas las ganas y las fuerzas que mi corazón tiene; ah, y también todas las venas, arterias y la sangre que por ellos fluye.
Te agradezco el que me hayas hecho pensar en que no sea un llamado al fracaso, ni al dolor, ni la corrupción, ni a la pequeñez, ni a las mordidas, con eso de que soy un policía mexicano, y… al sufrimiento que últimamente me ha causado el recorte de mi salario…
…Sino que me has llamado -que no por celular- para ser feliz. Dame la posibilidad de descubrir todos los días los motivos que tengo para comprender que me estás dando lo mejor, lo peor, y que por lo tanto tengo que disfrutarlo, gozarlo y vivirlo.
Te suplico… de manera especial y espacial, con eso de que estás en el cielo, es decir en el espacio… que quites de mi cabeza todo complejo (Easy, Diosito. Easy!) … todo sentimiento de inferioridad… (Fíjate que el maldito de mi vecino mide casi tres metros, y aparte está podrido en dinero) … y me hagas consciente de que estás amándome, y dándome lo mejor para que pueda vivir feliz y que… por lo mismo… debo tener una actitud positiva (aunque a veces me esté llevando la chingada) … llena de creatividad y amor… AMEN.
“Je je je”. Revisando uno de los Diarios de Anthony, yo, encontré esta pequeña sátira a un rezo que él había escrito, luego de haber leído la versión original, llena de puras patrañas… “ANTHONY SIENDO ANTHONY…” “¡Qué tiempos aquellos!”
Anthony Smart
Junio/2019