Pablo Gato
Interesante columna de Juan Carlos López, de CNN.
Trump envió a las costas de Venezuela a casi siete mil infantes de marina junto a ocho barcos de guerra y un submarino nuclear, además de cazas de combate que apoyan a ese grupo de combate.
Balance: tres supuestas narcolanchas hundidas.
Y digo supuestas porque no se ha mostrado evidencia de que lo sean. Ya dejamos aparte el hecho de que sin evidencia aparente se ataca a otros barcos, abriendo la puerta a que se haga lo mismo contra embarcaciones de los EEUU en cualquier parte del mundo.
El caso es que, a menos que vayan a invadir Venezuela con una fuerza mucho mayor, el balance de la fuerza expedicionaria es raquítico, siendo generoso.
Cada año entran a los EEUU dos millones de toneladas métricas de drogas.
Eso, para que nos hagamos una idea, equivale a 20 portaviones norteamericanos cargados completamente tanto de tripulación como de abastecimientos, armas y municiones.
¿Tres lanchas?
¿Qué impacto tiene eso en la guerra contra el narcotráfico? Ninguno.
La conclusión es lógica: es una mera campana de relaciones públicas para que las cadenas televisivas y la prensa lo cubran y se aparente que se hace mucho cuando en realidad, en ese despliegue, no se está haciendo nada de impacto.
Un reality show. Igual ocurre con las redadas de ICE. Si, se han arrestado a muchas personas en las calles y lugares de trabajo.
Sí, si se trata de personas honradas, han sido momentos muy dolorosos para ellos y sus familias.
Sin embargo, Trump prometió deportar a entre 15 y 20 millones de indocumentados. Esa es la cifra que, según el, hay en EEUU. Pero solo se han deportado a unos 200 mil.
Entonces el objetivo más importante de las redadas ¿cuál es?
¿Deportar o que las cámaras de televisión filmen las redadas para que luego salgan en los noticieros y la base de Trump le aplauda y siga respaldándolo, aunque el resultado que prometió no tenga nada que ver con los resultados que está entregando?
¿Gobierno de estrategia y fondo o gobierno de reality show y fuegos artificiales?
Usted decide.
¿Quién tiene realmente el poder en las manos?
Las empresas de comunicación en EEUU están en una gran encrucijada. El gobierno de Trump ha dicho abiertamente que suspenderá las licencias de los canales que critiquen a Trump.
Es una declaración inédita en la historia del país.
La primera enmienda de la constitución garantiza la libertad de expresión.
Sin embargo, las empresas se han plegado, hasta el momento, a las exigencias de Trump. El motivo, por supuesto, es económico. Temen que la Administración tome represalias que afecten su negocio. Sin embargo, también tienen que tener en cuenta otro factor: la audiencia.
Si a su audiencia le disgusta que se hayan plegado a los deseos de la Administración Trump y consideran que se ha limitado o suprimido la libertad de expresión, simplemente podrían cambiar de canal, con lo cual esas empresas de comunicación se irían a la ruina.
Sin audiencia no hay publicidad y sin publicidad no hay dinero y sin dinero viene la bancarrota.
Pueden tener licencias para retransmitir pero sin audiencia esos permisos no sirven para nada. Estas empresas están caminando en un una línea muy fina.
El partido Demócrata de estados unidos ha fallecido. Dep.
Desde que Trump regreso al poder, el partido Demócrata ha desaparecido del radar.
Han sido incapaces de realizar una oposición con musculo frente a lo que, desde su punto de vista, han sido acciones inaceptables por parte de Trump en muchos campos: economía, recorte de servicios sociales, relaciones internacionales, corrupción, salud, amenazas a la democracia, etc.
Y ahora, en un tema tan importante en EEUU como es la libertad de expresión, los demócratas han estado, igualmente, perdidos, missing in action.
Se ha desarrollado un intenso debate sobre la suspensión de un programa cómico porque al gobierno no le gusto lo que escucho, pero los demócratas también han estado totalmente ausentes de ese debate que afecta a uno de los pilares fundamentales de los valores del país.
No han aparecido por ninguna parte. En algo tan fundamental como la primera enmienda de la constitución, que es la libertad de expresión, los demócratas tampoco han reaccionado.
Es realmente inédito ver a un partido con tanta munición política a su alcance como oposición y que no aprovecha prácticamente nada de ese potencial. Creo que no he visto nada igual en ningún país del mundo durante todos mis años trabajando como periodista.
Puede debatirse si es incapacidad, negligencia, ineptitud, falta de luces o que simplemente no encuentran la forma de hacer algo que tenga impacto. Sin embargo, el resultado es el mismo: su ausencia es notoria e inédita.
Los republicanos con el 5% de esa munición política tendrían en jaque a cualquier gobierno demócrata.
No hay lideres claros, no hay una estrategia efectiva, no son capaces de salir en el radar de las discusiones publicas más relevantes actuales, no se movilizan ni inspiran a que otros se movilicen (con muy contadas excepciones), no son capaces de articular una oposición fuerte frente a un Trump que cada día acapara más poder.
Descanse en paz el partido demócrata de los EEUU.
Hacen falta más opciones.