Ricardo Del Muro / Austral
Cada 18 de septiembre, cientos de admiradores llegan al cementerio Greenwood Memorial Park, en Renton, cerca de Seattle, donde está el Mausoleo de Jimi Hendrix, el gran maestro de la guitarra eléctrica – el número uno entre los 100 mejores guitarristas de todos los tiempos, según la Revista Rolling Stone – quien murió hace más de medio siglo, en 1970, a los 27 años y que hasta la fecha sigue siendo uno de los iconos de la historia del rock.
El mausoleo, inaugurado en 2003 gracias a la iniciativa de su padre Al Hendrix, es una estructura de mármol donde destaca la escultura de una guitarra eléctrica al centro, con tres columnas donde está grabada la imagen de Hendrix y mensajes de amor y paz que representan simbólicamente a los jóvenes de su generación.
Su temprana muerte lo colocó en el trágico “grupo de los 27”, junto a Janis Joplin, Jim Morrison, Kurt Cobian o Amy Winehouse. Sin embargo, Hendrix con sólo cuatro años de carrera discográfica, es considerado como un virtuoso de la guitarra eléctrica. Su técnica, basada en la experimentación con efectos como el wah – wah, la retroalimentación y la distorsión, transformó la guitarra en un instrumento capaz de hablar, gritar y llorar. Temas como Purple Haze, Voodoo Child o su versión del himno estadounidense en Woodstock no sólo marcaron una época sino que abrieron un horizonte sonoro que aún hoy resulta vanguardista.
La guitarra Fender 1968 Stratocaster que Hendrix tocó en el Festival de Woodstock de 1969 está expuesta en el Museo de la Cultura Pop (MoPop) de Seattle, mientras que en el Met de Nueva York se encuentra uno de los fragmentos de otra guitarra Stratocaster, pintada por él mismo de rojo con decoraciones florales, con la que tocó Wild Thing antes de quemarla en el Monterrery Pop Festival en 1967.
La última vez que se expuso el fragmento de esta emblemática guitarra fue durante la exhibición Play It Loud: Instruments of Rock & Roll, que estuvo en el Met de Nueva York del 8 de abril al primero de octubre de 2019.
En lo que se refiere a la Fender Stratocaster sobreviviente, de acuerdo a la página virtual de Multison, se sabe que Hendrix la había adquirido en la tienda Manny’s Music de Manhattan, Nueva York, en 1968 y después de Woodstock siguió tocando esta guitarra en conciertos hasta 1970, cuando la regaló a su baterista Mitch Mitchell. El bueno de Mitch tuvo esta guitarra en su poder hasta 1990, en que decidió subastarla.
La cifra de la venta de esta legendaria guitarra eléctrica fue de 198 mil libras esterlinas (aproximadamente 353 mil dólares de aquellos años), convirtiéndose en una de las guitarras más caras de la historia. El ganador de la subasta fue Gabriele Ansaloni, quien poco después la revendió a Paul Allen (uno de los fundadores de Microsoft) por una cifra nunca revelada, aunque se rumora que rozaba los 2 millones de dólares.
Tras la compra, Allen la donó al MoPop en Seattle, donde permanece en exhibición como parte de su colección permanente. La guitarra es conocida como “Woodstock Strat” y es considerada una de las más caras y simbólicas en la historia del rock.
Sin embargo, Hendrix mostró que es cierto el refrán que advierte: Nadie es profeta en su tierra. De hecho, el talento de este músico afroamericano fue menospreciado en Estados Unidos hasta que Chas Chandler, el bajista de The Animals lo escuchó tocar “Hey Joe” y se lo llevó a Londres el 24 de septiembre de 1966, donde formó The Jimi Hendrix Experience.
Antes de eso, la vida de Hendrix en Estados Unidos fue de pobreza, conflictos y una difícil carrera como músico de acompañamiento. Nacido un 27 de noviembre de 1942 en Seattle, Washington, como Johnny Allen Hendrix, aunque después sus padres cambiaron su nombre por el de James Marshall Hendrix. Tuvo una infancia difícil en un hogar disfuncional y pobre, por lo que a mediados de 1958, a los 15 años de edad, juntó dinero para comprar su primera guitarra acústica por 5 dólares. Y aprendió a tocarla “de oído” es decir, de manera autodidacta.
Influido por artistas como B.B. King, Buddy Holly, Muddy Waters, Howlin´Wolf, Robert Johnson y Elvis Presley, el joven Hendrix formó su primera banda The Velvetones. A mediados de 1959, su padre transigió ante el evidente talento de su hijo y le compró su primera guitarra eléctrica, una Supo Ozark de color blanco que años después se la robaron, por lo su padre le compró una Silvertone Danelectro roja.
Antes de cumplir los 19 años, las autoridades policiales atraparon a Hendrix en dos ocasiones conduciendo un coche robado. Le dieron la opción de ir a prisión un tiempo o unirse al ejército, por lo que se enroló el 31 de mayo de 1961. De milagro, por unos cuantos años, se salvó de ir a la guerra de Vietnam ya que fue licenciado del ejército el 29 de junio de 1962.
A partir de esa fecha, retomó su carrera de músico. Hendrix era zurdo por lo que solía usar guitarras para diestros, invertidas y con cuerdas reencontradas para tocar con la mano izquierda. Pasó por varias bandas y colaboró con artistas como The Isley Brothers y Little Richard, hasta que decidió mudarse a Greenwich Village, Nueva York en 1966 y formó su propia banda Jimmy James and the Blue Flames para tocar en el Café Wha? De la calle Mac Dougal.
Sin embargo, el punto de inflexión en su carrera fue cuando se trasladó a Londres en 1966 y formó la banda Jimi Hendrix Experience. Su primer sencillo, “Hey Joe” y el lanzamiento del álbum Are You Experienced en 1967 lo colocó en los primeros lugares de las listas británicas. Después la historia es conocida hasta que regresó a Estados Unidos para presentarse en el Monterrery Pop Festival en 1967 y dos años después, en 1969, en Woodstock.
Las circunstancias de la muerte de Hendrix fueron tan misteriosas como su impresionante habilidad con la guitarra. Hay muchas teorías sobre su fallecimiento, pero lo que se detalla en los informes es que la noche del 17 de septiembre de 1970, después de una fiesta, se fue a su departamento de Notting Hill junto con su pareja Monika Dannemann con quien pasó la noche y fue la única testigo de sus horas finales. Al parecer, Hendrix tomó algunas pastillas para dormir (barbitúricos) de su novia, pero se excedió. RDM