No Pasa Nada
Por: Jesús Solano Lira
El miércoles se cumplen dos semanas de la explosión de una pipa de gas en el Puente de la Concordia, alcaldía Iztapalapa, y persisten infinidad de interrogantes, respecto a las investigaciones de una de las más graves tragedias ocurridas en la Ciudad de México en los últimos años.
Aunado a ello, hay incertidumbre, impotencia e indignación entre los familiares de las 27 personas muertas, 18 hospitalizados, y de cuál será el apoyo que se brinde a los deudos y lesionados, así como la ayuda económica y psicológica para las 39 víctimas de la explosión dadas de alta.
Al momento, familiares de personas hospitalizadas y muertas por la explosión han denunciado un nulo apoyo por parte del gobierno capitalino y de la empresa Silza.
Estamos inmersos en una violencia generalizada en el país, que como sociedad ya perdimos la capacidad de asombro y de movilización para exigir justicia para las personas afectadas por este accidente.
Se me hace increíble que tuvieron que pasar horas, para que llegará al lugar de los hechos, el personal pericial especializado en criminalística, fotografía, química, incendios y explosiones, hidrosanitarias, hechos de tránsito, video, mecánica y seguridad industrial, para recabar los primeros indicios y determinar la causa de lo ocurrido.
De acuerdo con la Fiscal Bertha Alcalde Lujan, el accidente se debió al exceso de velocidad y la pericia del conductor de la empresa Transportadora Silza, filial del Grupo Tomza, quién falleció la semana pasada.
Bertha Alcalde Luján, también detalló que la pipa de gas venía de Tuxpan, Veracruz, y su destino final era una gasera ubicada en la alcaldía Tláhuac, para descargar el combustible. En esa demarcación, así como en Xochimilco, Milpa Alta y Tlalpan proliferan infinidad de gaseras clandestinas.
Otras interrogantes más son: el porqué no se inicio un operativo para verificar en qué condiciones se encuentran las unidades que transportan el gas, y porqué no se fijaron en el momento, acciones terminantes para evitar el tránsito de estas unidades en horas pico. Qué sigue.
Después de casi dos semanas de la tragedia, la lentitud e indolencia de la administración capitalina se hace evidente, a pesar de los intentos por asegurar que actuaron con inmediatez, caray porque mantienen esa política del No Pasa Nada, y persisten en mentir sobre su incapacidad de actuar con energía y contundencia.
A 12 días de la tragedia, será está semana cuando inicien las mesas de trabajo con la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente Federal, para regular las zonas donde pueden transitar o restringir el paso a pipas de gas. Esa acción era inmediata.
De acuerdo con la secretaria de Protección Civil de la Ciudad de Mexico, Myriam Urzúa, el objetivo es realizar el Protocolo de Regularización y Supervisión de Vehículos de Reparto y Distribución de Gas en la CDMX, en la que se establecerán las rutas, horarios de ingreso, carga y descarga, así como límites de seguridad.
Es neta, dos semanas para tomar acciones. Dónde queda la capacidad de respuesta de una administración que presume tener cercanía con la gente.
Los intereses que se mueven en el sector gasero son muchos y la aparición de establecimientos clandestinos, que brotan como hongos, se debe a la corrupción de las autoridades de los tres niveles de gobierno.
Basta hacer un recorrido por las zonas rurales de esas alcaldías para comprobarlo.
Hay gaseras sin permisos de impacto ambiental, uso de suelo y nulas medidas de seguridad y protección civil que venden el combustible por debajo del precio oficial.
El huachicoleo en plenitud en lo que alguna vez, la ahora senadora de Morena, ex jefa delegacional del PRD en Milpa Alta, Guadalupe Chavira, denominó las Cuatro República del Sur. Huachicoleo que desde hace más de dos décadas ha sentado sus reales en esas vastas demarcaciones.