* Conociendo de la afición de nuestros gobernantes a escudarse, siempre, en los otros datos, imposible saber si las estadísticas son confiables, o tan infladas o disminuidas como conviene a los intereses políticos, los más importantes influenciados por los barones de la droga y los magnates del dinero. México se auto consume y nadie grita: ¡párense que me quiero bajar!
* Que ni Dios ni la virgencita de Guadalupe la despojarán de la banda presidencial, afirma la doctora Sheinbaum Pardo, y hemos de concederle la razón, puesto que México es el país más democrático del mundo, y la presidente de la República brilla por su ingenio y lucidez
Gregorio Ortega Molina
Los gobernantes mexicanos perdieron, hace mucho, todo contacto con la realidad, pero los de la 4T se volaron la barda, rompieron todo parámetro de posible comparación. Suponen que su idea, su proyecto es el de México, pero están en un error, desatinan.
Por lo pronto ni idea tienen de lo que sucede con los jóvenes, con los que se suponen el futuro de la nación. La periodista María Cabadas, de El Universal, en la edición del último 9 de septiembre, con entrada en la primera plana y pase a interiores, cuenta a sus lectores: “En el ciclo escolar 2024-2025 864 mil 308 estudiantes de primaria, secundaria y bachillerato abandonaron las aulas, y fue la educación media superior el nivel que registró la mayor deserción escolar con 639 mil 562 jóvenes (negritas mías)”.
¿Qué sucedió en la vida de esos jóvenes durante el último año lectivo, que dejaron los estudios, dónde fueron, viven, son braceros? Los integrantes del gobierno comandado por la doctora Sheinbaum Pardo simulan desconocer las causas, porque les avergüenzan y porque les resulta cómodo olvidarse de que incumplen con el fundamente de su mandato constitucional, la vida de sus gobernados.
Ni siquiera se detienen a analizar las posibilidades de que existan unos más, o mil más, ranchos como el Izaguirre, o bodegas como la que sirvió de lugar de ejecución a los que fallecieron en San Fernando, o si fueron reclutados como sicarios, o yacen ya en fosas clandestinas, y se amparan en la investigación sin resultados de los 43 de Ayotzinapa, porque cínicamente disponen que es políticamente correcto ocultar una verdad que horroriza. O los convierten en asesinos, o son asesinados. ¿Es así, o son equívocas suposiciones mías?
Los menores están en casa, o trabajan, o venden en las calles, o piden limosna. No sucede lo mismo con esos jóvenes de educación media superior que lo mismo se fueron por voluntad propia o se los llevaron, a la trata si son mujeres, al sicariato si hombres imberbes, pero que desean ser de pelo en pecho.
Conociendo de la afición de nuestros gobernantes a escudarse, siempre, en los otros datos, imposible saber si las estadísticas son confiables, o tan infladas o disminuidas como conviene a los intereses políticos, los más importantes influenciados por los barones de la droga y los magnates del dinero. México se auto consume y nadie grita: ¡párense que me quiero bajar!
==000==
Que ni Dios ni la virgencita de Guadalupe la despojarán de la banda presidencial, afirma la doctora Sheinbaum Pardo, y hemos de concederle la razón, puesto que México es el país más democrático del mundo, y la presidente de la República brilla por su ingenio y lucidez.
Seamos sensatos, pues para eso existe el libre albedrío, y para eso tenemos capacidad de razonar. Sólo en la mitología griega los dioses se ayuntaban con humanos y alentaron cambios históricos considerados necesarios. En la realidad no sucede de esa manera, ni ocurrirá. La deidad de los diversos credos religiosos no interviene en asuntos humanos, mucho menos en las disputas por el poder. Jericó y las columnas de Sansón son una alegoría, como los establos de Augías.
Los milagros ocurren, pero no al contentillo de la sociedad o de los fieles. La doctora Sheinbaum Pardo sabe en manos de quien está asegurada (o desfigurada) su permanencia en la silla del águila, como tiene la certeza de que también Adán Augusto soportará toda la mierda del mundo, porque así lo determina el señor de Palenque. En asuntos de poder terrenal nada se mueve sin antes él supervisarlo y dar su visto bueno.
No metamos en estos temas a Dios ni a la virgencita de Guadalupe.
www.gregorioortega.blog
@OrtegaGregorio