HOMO POLÍTICUS
PAVE SOBERANES
- VIDEO. Regaña Margarita a Eder
Como cuando Benja González [†] las presentó hace dos décadas —«Margarita, ella es Claudia»—, hoy se reúnen en Cuernavaca la presidenta Sheinbaum y la gobernadora González-Saravia, para hablar de otras cosas muy distintas.
Con el primer año de ejercicio gubernamental, que se cumple hoy a las 12 de la noche, se supone que concluye el proceso de adaptación —los primeros 100 días de gobierno tres veces, más el pilón—, llamado comúnmente curva de aprendizaje, incluso sociológica.
La presidenta ha utilizado todo este tiempo la retórica política en asuntos peliagudos [«¿Cómo somos los mexicanos? Han tratado de resolver este peliagudo problema Samuel Ramos, Leopoldo Zea, Elvira Bermúdez, Octavio Paz»], como últimamente el de Adán Augusto. Cuando defiende a AA, en realidad no lo está haciendo. En público, sólo habla a sus bases, electores potenciales, para mantenerlas cautivas, y entretiene a los medios y a sus audiencias. En realidad, deja cursar los asuntos, mediatizándolos según convenga. En un año, el desligue del patriarca de Tepetitán es perceptible. En MORENA-gobierno —duros y puros— lo saben, entienden y reconocen.
La gobernadora arrancó bien, pese a fallos de algunos subordinados —cinco cayeron en la tentación muy rápido—, rompiendo resistencias del pretérito inmediato y reposos de mujeres y hombres que fingieron servir, sirviéndose con la cuchara grande. De estilo diferente, los resultados son diferentes: aplastó los moditos del gracato y del cuauhtemato. Hay resultados tangibles y pendientes por atender. El concepto de adaptación darwiniano promete una segunda parte del primer tercio de administración mejor.
En cuanto hace al gobierno estatal, la falta de experiencia de los primeros 12 meses de 72, no se notó y la desorganización fue sólo en el tema de los caudales públicos, derivado de un boicoteo de la ministra del Tesoro hoy en la cesantía temprana. La curva de aprendizaje tiene que ser declarada públicamente como superada. Las expectativas del advenimiento son altas, lo sabe la clase gobernante y lo exige la clase mandante.
Tiempo-desempeño-resultados-estabilidad-comunicación-percepción no es nada sin liderazgo y compromiso. Las operaciones gubernativas han sido gradualmente de improvisación a la baja. Eso pasa en todo el mundo. Las promesas iniciales —«basta de realidades, queremos promesas», se leía hace años en una barda de un barrio madridista— se han atendido y hay asuntos calendarizados para los siguientes años. La entrega de beneficios a la ciudadanía es visible: obras inauguradas, apoyos entregados, reducción de trámites, disuasión de actos deshonestos con castigo a los corruptos, esfuerzos no acostumbrados antes por recuperar paz social y convivencia pacífica.
La percepción pública es básica en un gobierno. Las encuestas de aprobación son la vox Populi, pero también la vox Dei. La ciudadanía le toma la presión sanguínea al gobierno. Está 120 sobre 80. La escuela presidencial y gubernamental del pasado inmediato es de gran enseñanza y aprendizaje. A la escuela va uno a aprender lo bueno, no a reprobar.
letraschiquitas
La gobernadora Margarita González-Saravia regañó ayer en público al primer damo de Jiutepec, Eder Rodríguez —en los hechos, la edila es su esposa Liliana Alanís—, por dos cosas: cretinismo y analfabetismo. El cretinismo de Rodríguez lo llevó a obligar a sus empleados del ayuntamiento de Jiutepec a endiosarlo con vivas y aplausos, en un acto político no propio. Su analfabetismo político condujo a Eder a faltar al respeto a gobierno, partido y aliados de Margarita, y a ella misma, en un acto de gobierno de la mayor relevancia para las familias de Jiutepec, no para un gobierno simulador, corrupto y pusilánime —además de malagradecido— como el del matrimonio Alanís-Rodríguez. Hizo bien la mandataria en volar la mano en señal de «ya basta» o «hasta aquí», al aprendiz de político y regañarlo frente al personal de los gobiernos municipal y estatal que aprobaron sonriendo. Los planes del margarismo a comer en el restorán de la familia Rodríguez, fueron abortados por esa demostración pusilánime de Eder, lo que podría leerse como preámbulo a un merecido veto político.