Ricardo Del Muro / Austral
Una jueza federal concedió una suspensión definitiva que confirma que Uber puede operar en los aeropuertos del país, y que es ilegal detener a los conductores que utilizan la plataforma cuando recogen o dejan pasajeros en las terminales aéreas de todas las entidades de México, a unos meses de que se celebre el Mundial de Futbol que se desarrollará del 11 de junio al 19 de julio de 2026.
“Con esta medida, los conductores que estén realizando viajes usando la app de Uber, en los más de 70 aeropuertos del país, no podrán ser detenidos por autoridades en la zona federal de los aeropuertos en lo que se resuelve el juicio de amparo”, declaró a través de un comunicado la empresa Uber y confió en que esta medida se siente un precedente favorable en la resolución final del caso, especialmente ante el contexto del Mundial de Futbol 2026.
Se trata de un revés a la prohibición impuesta por el Gobierno federal desde junio de 2022 – destacó el periódico El País -, que vetó el acceso a los taxis por aplicación a los aeródromos bajo el argumento de que Uber y el resto de las empresas de transporte por aplicación no cuentan con los requisitos que exigen las leyes mexicanas para ofrecer servicios de taxi en zonas federales como los aeropuertos, entre los que destacan una licencia y exámenes médicos federales, seguros para el pasajero y el pago de una contraprestación por el servicio.
La llegada de Uber a la Ciudad de México en junio de 2013 significó el primer gran choque con los monopolios de taxis tradicionales en la capital, originando protestas de taxistas y el inicio de regulaciones locales. En 2016 intentó llegar a Cancún pero tuvo que retirarse en 2018 por los violentos conflictos con los taxistas, especialmente en el Aeropuerto – que se difundieron en todo el mundo -, donde los conductores fueron agredidos, los vehículos vandalizados y los pasajeros intimidados, hasta que se lograron establecer acuerdos en 2023.
Durante décadas, los taxis fueron símbolo de poder político y control económico en México. Las concesiones —otorgadas por los gobiernos estatales— se convirtieron en monopolios locales que concentraron la riqueza en manos de sindicatos, líderes transportistas y políticos. Pero en 2013, una aplicación cambió las reglas del juego. La llegada de Uber representó el primer desafío real a ese viejo sistema de favores, rentas y control: un golpe directo a los llamados pulpos del transporte.
Mientras un taxi tradicional debía pagar cerca de 250 000 pesos por una concesión, un conductor de Uber podía empezar a trabajar solo con su auto y un teléfono. Era, en esencia, la democratización del transporte urbano.
Sin embargo, el gobierno capitalino —presionado por los sindicatos— buscó regular sin destruir el nuevo modelo. En 2015, se convirtió en la primera ciudad de América Latina en crear un marco legal para plataformas digitales de transporte. La medida marcó un punto de equilibrio: Uber sobrevivió, pero el gremio de taxistas mantuvo poder en ciertas zonas y bases.
En Chiapas, Uber tardó ocho años en llegar hasta octubre de 2021, especificamente a Tuxtla Gutiérrez, tras una suspensión definitiva otorgada por un juez federal que validó su operación en el estado, aunque se restringió su operación en el Aeropuerto Internacional Ángel Albino Corzo.
Cuando Uber intentó ingresar en 2018, se topó con una muralla de intereses. Los sindicatos y uniones locales, temerosos de perder ingresos, presionaron al gobierno estatal con bloqueos y amenazas de paro. La Secretaría de Movilidad y Transporte impuso restricciones administrativas que en la práctica impidieron su operación regular.
Las autoridades chiapanecas han evitado dar a conocer el número y los nombres de los concesionarios de taxis que hay en la entidad, ya que muchas de ellas están en poder de familias ligadas a los grupos de políticos locales. En Tuxtla Gutiérrez se estima que hay más de 9 mil taxis entre concesionados y “tolerados”, representando una de las zonas más saturadas y monopolizadas del país, ya que el 70% de los choferes de taxi son empleados de concesionarios.
A diferencia de la Ciudad de México, donde Uber logró institucionalizarse en 2015, en Tuxtla el sistema siguió dominado por los “pulpos del transporte”: empresarios y exfuncionarios con decenas de concesiones. El Congreso estatal aprobó reformas que penalizaban con hasta 7 años de prisión a los conductores de plataformas como Uber y Didi que operaran sin concesión oficial; una medida que en realidad protegió a los concesionarios tradicionales de taxis en la entidad.
Ante la llegada de Uber, los taxistas del Aeropuerto Internacional Ángel Albino Corzo de Tuxtla Gutiérrez, se manifestaron en enero de 2023 y retuvieron a varips vehículos de Uber y Didi para defender su zona de operación, ya que señalaron que el número de pasajeros había disminuido por la actividad de diversas empresas particulares.
De hecho, el gobierno del Estado de Chiapas anunció hace pocos días el lanzamiento de Didi Taxi en Tuxtla Gutiérrez y en Tapachula, como “una iniciativa que busca fortalecer la movilidad urbana, generar mayores ingresos para las y los taxistas y promover un modelo de transporte más moderno e incluyente”, señaló el comunicado oficial.
Tras el anuncio, el presidente de la Coordinación Estatal de Transportistas de Chiapas, Jorge Omar Vázquez Martínez, afirmó que el sector no había sido informado oficialmente del acuerdo y pidió que se apliquen las reglas de operación establecidas en el decreto 263, que regula a las empresas de transporte y establece el pago de impuestos.
Vázquez Martínez afirmó que los concesionarios actualmente enfrentan una competencia desleal, ya que los conductores de Didi no cubren las mismas obligaciones fiscales ni los costos que implica mantener una concesión. La situación, según dijo, ha tenido repercusiones severas en la economía del sector. De acuerdo con sus registros, una de las empresas locales con 150 unidades de taxi tuvo que mantener el 70% de sus vehículos parados, después de que los choferes migraron a trabajar en vehículos particulares que operan en la aplicación digital. RDM




