La Espinita
Andy S. K. Brown*
- Pobrecita la señora Sheinbaum
 - Lógicas las reacciones sociales
 - México ya cambió el 1/XI/2025
 
Hay que compadecer a la señora Claudia Sheinbaum. ¡Pobrecita!
Y es que, a final de cuentas, como se adivinaba desde la noche del sábado, ella y el partido de AMLO –no de ella– son las reales víctimas de la cruel ejecución de Carlos Alberto Manzo Rodríguez.
¡Pobrecita! ¡Qué pobreza!
Quienes hemos hecho víctima a la pobrecita señora somos los “comentócratas” y, claro, “la derecha” encabezada por Felipe Calderón, a quien responsabilizó de haber iniciado la “guerra” contra el narco.
¡Pobrecita! ¡Qué pobreza!
Porque, además, esa “guerra” –iniciada ¡hace 19 años!– es causante del asesinato del alcalde de Uruapan, ícono de nuestros reclamos de seguridad física y jurídica.
¡Pobrecita! ¡Qué pobreza!
También han victimizado a la pobrecita señora la mayoría de los mexicanos que han criticado severamente que el gobiernito de la 4T no haya escuchado los repetidos llamados de auxilio del ahora desaparecido presidente municipal para que se pacificara su jurisdicción, puerta de entrada a la Tierra Caliente michoacana donde aguacateros y limoneros, entre otros muchos productores, comerciantes y habitantes, sufren el acoso de la extorsión y violencia criminal.
¡Pobrecita! ¡Qué pobreza!
¿Qué pretende la señora Sheinbaum, además de quitarse de encima sus responsabilidades?
¿Conmiseración?
¡Pobrecita señora Sheinbaum! La pobre no entiende que al manipular a sus audiencias chairas para que la compadezcan en realidad se minimiza y se autosabotea.
¡Pobrecita!
¡Qué miseria!
* * *
Los sentimientos de tristeza, ira y dolor son reacciones normales a eventos inusuales como la tragedia de este sábado en Uruapan.
Así es como estamos reaccionando la mayoría de los mexicanos con, cuando menos, dos dedos de frente.
Cuando la sangre se derrama, un sentido común instantáneo se apodera de la escena trágica.
El consenso político, que hoy parece utopía, es conseguido de inmediato y sin esfuerzo por un gran público cuando se trata de violencia.
Normalmente, la misma política incapaz de construir acuerdos es sumamente habilidosa promoviendo este sentido colectivo. Aquí no.
Aquí, por lo contrario, de lo que se trata es de apagar el incendio con petardos oratorios que ora pronuncia el titular de (in)Seguridad Ciudadana, ora el de la Defensa Nacional… para ya no mencionar a la pobrecita señora Sheinbaum.
Porque, si ellos estaban cuidando a Manzo Rodríguez, ¿cómo fue que lo asesinaron?
¿Debemos seguir cuidándonos de quienes aparentemente nos cuidan?

* * *
De lo que no hay duda es de que, desde la noche del sábado 1 de noviembre de 2025, el país ya cambió.
Las exigencias de la sociedad para que el gobierno cumpla con la principal obligación del Estado de brindar seguridad y justicia serán cada vez mayores.
La indignación y el hartazgo por el actual estado de cosas ya estalló.
Porque, todo así lo indica, esto que ahora vivimos ya no se podrá parar.
Sobre todo, porque dentro de dos semanas los jóvenes de México están convocando a una gran manifestación para que el país vuelva a ser país y no la aldea en el que lo han convertido los cuatroteros.
La reacción gubernamental deberá ser distinta a la que mostró la pobre señora Sheinbaum en su mentiñera de ayer lunes.
El 1 de noviembre de 2025 el país empezó a cambiar.
Para bien.
@AndySKBrown1
* Pseudónimo bajo el que se redactan informaciones aportadas por los colaboradores y lectores del portal Índice Político.
			
			



