Ricardo Del Muro / Austral
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) informó que México ha transitado de una política reactiva en materia migratoria a una estrategia integral de movilidad humana, destacando la reducción de la migración irregular de 66% en 2024, pero durante 2023, al menos 216 mil mexicanos migraron a países de la OCDE, la mayoría a Estados Unidos, lo que representó 32% de aumento.
El informe sobre Migración Internacional 2025 de la OCDE, que se dio a conocer al inicio de esta semana, destaca que en septiembre de 2024 se registró una reducción en los flujos de migración irregular en México gracias a un mayor control de rutas, acciones contra el tráfico de personas y la creación de centros de integración para migrantes.
Sin embargo, la migración permanente de México hacia otros países se incrementó en casi 80% en la administración pasada, un porcentaje cinco veces mayor que el 15% promedio de los países de la OCDE. Esto significó que mientras en 2019 hubo 40 mil 500 mexicanos que consiguieron un permiso para permanecer legalmente en otro país, en 2024 subió la cifra a 70 mil 200 personas.
Además, del 2022 al 2023 México fue el quinto país que más migrantes arrojó a países del OCDE, con 216 mil que representó 32% de aumento de acuerdo a las cifras del organismo. “Esto es debido a un muy alto nivel de migrantes legales de nacionalidad mexicana a los Estados Unidos con 190 mil, el más alto nivel desde 2002”, destacó el informe.
La migración se ha convertido en una de las expresiones más complejas y reveladoras de la realidad mexicana. El informe de la OCDE confirma que México vive un momento coyuntural como país de origen, tránsito y destino de flujos migratorios que se intensifican y diversifican.
En los últimos años, México vive todas las caras de la migración al mismo tiempo. Por un lado, muchos mexicanos siguen saliendo legalmente del país para buscar trabajo o reunirse con su familia, sobre todo en Estados Unidos, España y Canadá. Según la OCDE, entre 2022 y 2023 aumentó en casi un 30 % el número de mexicanos que se fueron a vivir a otros países, lo que muestra que la migración sigue siendo una opción para mejorar la vida ante la falta de oportunidades en casa.
Al mismo tiempo, México se ha convertido en país de paso y también de destino para miles de personas de Centroamérica y el Caribe que buscan refugio o una nueva oportunidad. En 2023 recibió más de 140 000 solicitudes de asilo, una cifra récord. Esto significa que México ya no solo “manda migrantes”, sino que también recibe y protege a quienes huyen de la pobreza o la violencia. El reto ahora es grande: ofrecer empleo, seguridad y trato digno tanto a los migrantes que llegan como a los mexicanos que se van.
Aun así, el informe subraya que México sigue teniendo una de las tasas más bajas de migración permanente dentro de la OCDE, lo que indica que la mayoría de los migrantes que llegan al país lo hacen de forma temporal o con intención de continuar su ruta hacia el norte. Sin embargo, las recientes políticas migratorias del gobierno de Estados Unidos, presidido por Donald Trump, han reducido significativamente el tránsito de migrantes, muchos de los cuales se han quedado varados en nuestro país.
Por otro lado, el estudio confirma que la emigración de mexicanos hacia otros países de la OCDE continúa siendo una corriente significativa. En 2022, los flujos de salida aumentaron 27 %, con alrededor de 165 000 mexicanos que se establecieron legalmente en países miembros. De ellos, el 84 % emigró a Estados Unidos, el 5 % a España y el 3 % a Canadá, consolidando el patrón histórico de destinos.
La OCDE observa que, aunque la pandemia desaceleró la movilidad internacional, los flujos se reactivaron con fuerza entre 2022 y 2023, impulsados por la recuperación económica, la reunificación familiar y la demanda laboral en sectores clave de Norteamérica y Europa.
El documento también analiza el papel de México como país receptor, destacando que la tasa de empleo de migrantes fue de 51.8 % en 2023, con una brecha de 12 puntos porcentuales respecto a los trabajadores nacionales. Este dato revela los retos de integración laboral y social para las personas migrantes, muchas de ellas en condiciones de informalidad o con escaso acceso a servicios y derechos.
Además, la presión sobre los sistemas de asilo y atención humanitaria ha llevado a la OCDE a recomendar fortalecer los marcos normativos y de cooperación internacional, a fin de garantizar una gestión ordenada y humanitaria de los flujos migratorios.
El informe de la OCDE sitúa a México en una posición geopolítica compleja: debe atender simultáneamente las causas de la emigración, la gestión de los flujos que cruzan su territorio y la integración de quienes deciden quedarse. Para el organismo internacional, la clave está en construir políticas coherentes y de largo plazo que aborden el fenómeno desde sus tres dimensiones —emisión, tránsito y recepción—, promoviendo el empleo formal, la cooperación regional y el respeto a los derechos humanos. RDM




