LOS CAPITALES
Por EDGAR GONZALEZ MARTINEZ
Mientras algunos ven un México en llamas, que se derrumba, inversionistas nacionales y extranjeros ven la oportunidad de crecer junto con el país. Ayer, por ejemplo, el peso mexicano tuvo una sesión muy favorable, apreciándose alrededor de 0.52% tras pasar de 18.50 a 18.40 por dólar, en una jornada donde también el índice de la Bolsa Mexicana de Valores avanzó 0.60%, reflejo de un apetito sólido por riesgo en activos locales. El comportamiento intradía (máximo de 18.52 y mínimo en 18.40, igual al cierre) mostró un mercado ordenado, con demanda constante de pesos impulsada por factores macroeconómicos e internacionales alineados a favor de emergentes.
Por otra parte, México registró un superávit en cuenta corriente de USD 2.32 mil millones de dólares en el tercer trimestre, revirtiendo el déficit del año anterior. Detrás del resultado sobresale un fuerte superávit en ingresos secundarios (USD 16.11 mil millones), dominado por remesas, lo que mitiga la necesidad de financiamiento en dólares y actúa como soporte técnico estructural para la moneda. A esto se sumó un dato alentador de actividad interna, las ventas minoristas crecieron 3.3% anual en septiembre, acelerándose frente a agosto y mostrando fuerza particular en comercio electrónico, vehículos y electrodomésticos. Aunque las ventas de alimentos cayeron (-4.2%), el mercado interpretó la cifra como un signo de resiliencia en el consumo hacia cierre del año.
En el plano político-diplomático, el ambiente fue cargado pero sin efectos disruptivos sobre la estabilidad financiera. La Cancillería colombiana anunció una nueva agenda de cooperación regional entre Colombia, México y Perú, enfocada en comercio, tecnología, cadenas productivas y movilidad, lo que reduce temores sobre debilitamiento de la integración regional y refuerza la narrativa de colaboración institucional en medio de diferencias políticas. En paralelo, México advirtió nuevamente a Perú sobre violaciones al derecho internacional, reafirmando que cualquier intervención en su embajada constituiría un acto incompatible con tratados diplomáticos. Aunque el tono es firme, los mercados interpretan este intercambio como parte de una tensión ya descontada, sin señales de escalar hacia efectos económicos inmediatos.
En el frente internacional, la mayoría de las acciones de EU en el mercado, se mantuvieron al alza tras el repunte de Wall Street, con Alphabet avanzando por perspectivas más favorables en servicios de nube e inteligencia artificial, mientras Nvidia retrocedía en medio de mayores exigencias regulatorias y competencia por el suministro global de chips de IA. El resultado combinado favoreció un mayor apetito por riesgo global, acompañado de un dólar debilitándose y un petróleo retrocediendo, factores que, en conjunto, favorecen a monedas emergentes como el peso.
Mientras, el peso mexicano encontró un respaldo firme para apreciarse hasta 18.40. Para los próximos días -nos dice Felipe Mendoza – CEO IMB Capital Quants, se espera que la divisa opere dentro del rango 18.30–18.50, con sesgo apreciativo mientras continúe la expectativa de solidez en cuentas externas y estabilidad en inflación. El mercado estará atento a las siguientes cifras de confianza del consumidor y ventas de fin de año; cualquier información de Banxico sobre su postura para diciembre; y el desempeño del dólar global a medida que se consolida el rally tecnológico en Estados Unidos. En ausencia de choques externos, el comportamiento de hoy sugiere que el peso podría seguir beneficiándose de un entorno donde la demanda por activos mexicanos se mantiene firme y las noticias regionales no generan, por ahora, desvíos significativos en la percepción de riesgo.
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