La política en rosa
Elsbeth Lenz
Te cuento lector, lectora querida que acá en Pueblo Quieto, tan pronto salió del Congreso Local Veracruzano, la modificación constitucional de los artículos 33, 49 y 67 que introduce cambios en lo referente a la operación de la Fiscalía General del Estado y que más que otra cosa, sería una señal muy clara de la amable solicitud para que la señora Giadáns ahueque el ala, salió más rápido que de inmediato la mismísima tuxtleca, por cierto más demacrada que otras veces, a decir que ella está aferrada con uña y diente a la silla, puesto que la ley no es retroactiva, una vez que aclaró que si es por ella, ahí en su sillita de la Fiscalía General del Estado esperará tejiendo su mortaja, volvió a atrincherarse en su edificio de Arco Sur.
Y como era de esperarse, los de siempre ya se candidatearon para la silla que quedaría vacante de la Fiscalía General del Estado, el primero fue ese señor Mundo Ariza o como sea que se llame; ese que cada que hay convocatoria pa’ la reina de la feria, se va como gorda en tobogán proponiéndose, pero eso sí con la mochila vacía totalmente; además hubo quien dice que Amado Cruz Malpica, también sería un candidato idóneo.
Pero de momento, la Comisión Estatal de Derechos Humanos hace lo propio y refresca la pila de recomendaciones que le ha hecho a la señora Giadáns y esta al frente de la Fiscalía General del Estado ha hecho caso omiso, por cierto la autora de esas recomendaciones doña Namiko podría entrar en esa terna por la Fiscalía General del Estado, su papel en la Comisión Estatal de Atención a Víctimas ha sido bueno y de Fiscal General, haría un extraordinario papel.
Yo no sé de que se espantan, si desde siempre ha sido un uso costumbre en los pueblos, la reina es la hija del cacique o en el peor de los casos la novia del malandro, en los concursos de belleza la novia en turno de un mafiosillo o de algún político de medio pelo, con el tema del Miss Universo si se mancharon un poco, pero peor es enchilarse con el agua lejos.
Cosas de la vida y menudencias
¡No bueno! Leí ayer en la columna de Mario Maldonado del Universal que en Sonora suena la versión que, de confirmarse, detonaría como un verdadero petardo político en campanario de plaza cívica, resulta que el gobernador Alfonso Durazo, ese que le hacía groserías a la presidenta Sheinbaum, urgido entre presiones, resquemores y esos señalamientos incómodos que van desde presunto tráfico de influencias hasta contratos que nadie quiere firmar con su nombre, estaría cortejando al joven Luis Donaldo Colosio, para que encabece la candidatura de Morena a la gubernatura en 2027 ¡Hágame usted el favor!
El señor Durazo gobierna un estado cuyo desgaste, ha dejado de ser del todo natural, buscaría así blindarse con una figura de peso nacional, que le ayude a recomponer su imagen y esto no es poca cosa: en los corrillos se comenta que los problemas ya alcanzaron al propio hijo del mandatario, a quien también se le atribuye la revocación de la visa estadounidense, como al gobernador mismo; en la política local, ese dato ya no es rumor, sino una certeza que se comenta en voz baja en los pasillos, pero eso sí, se asume en voz alta.
Ahora solo faltaría por saber si al senador Colosio Riojas le alcanzaría el capital político para disputar con cierta dignidad la gubernatura de Sonora en 2027; su paso por Monterrey le dejó más desgaste que laureles, personas cercanas a Colosio Riojas aseguran que no ve con antipatía la idea de volver a su tierra, pero tampoco desea quedar atrapado en el avispero interno de la 4T ni fungir como flotador de un gobierno que ya navega con el casco raspado.
Así las cosas mis chulos, nos leemos mañana.
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