No Pasa Nada
Por: Jesús Solano Lira
La sorpresiva reunión del coordinador de Morena en el Senado, Adán Augusto López Hernández, con la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, luego que la científica marcó distancia con el tabasqueño por el caso de “La Barredora”, desató una serie de rumores sobre la inminente salida de Alejandro Gertz Manero de la Fiscalía General de la República, y su obligado exilio a “un país amigo”.
Fuentes de Palacio Nacional, confiaron que la simulación comenzó cuando el presidente de la Junta de Coordinación Política entregó a la jefa del ejecutivo un documento sobre presuntos incumplimientos de Gertz Manero al frente de la FGR, y acordaron presionarlo a renunciar o destituirlo, dada la opacidad con la que se manejo el ex fiscal en ese organismo que, por cierto, se mantenía autónomo del Poder Ejecutivo.
Desde su llegada a la Presidencia, Sheimbaum Pardo mantenía una fría relación con Gertz Manero, y la gota que derramó el vaso fue la falta de resultados de la FGR en algunos casos de trascendencia y la falta de coordinación en temas relevantes, como la investigación en contra del propietario de Miss Universo, Raúl Rocha Cantú, acusado de narcotráfico, huachicoleo fiscal y tráfico de armas.
Pasada la noche, Adán Augusto convocó a reunión urgente del pleno el jueves pasado, y entre la tensión y un prolongado receso, luego de más de siete horas el Senado recibió formalmente la carta de renuncia de Gertz Manero.
Para el fiscal había de dos sopas, o renunciaba o el Senado, que por ley es el encargado de nombrar al fiscal y evaluar su gestión y desempeño, lo destituía.
La maniobra se tejió con fineza y dureza. Durante esas horas de tensión se convenció al ex fiscal de 86 años a que renunciará y evitará una humillante salida. Gertz Manero decidió renunciar y en una carta de tres párrafos dirigida a la presidenta del Senado, Laura Itzel Castillo, indicó que la presidenta lo propuso para desempeñarse como embajador en “un país amigo”, y solicitó iniciar los trámites para su ratificación en la representación diplomática.
La salida de Gertz Manero abre otro frente en el gobierno de Sheinbaum, porque su renuncia a la FGR no fue voluntaria y se lee como el inicio para que el régimen de Morena tome el control de la institución y coloque a un “fiscal carnal”, como lo fue Gertz en el sexenio de López Obrador.
Con ello, es casi un hecho que se entierren escándalos de corrupción como Birmex, el huachicol fiscal, La Barredora, entre muchos más, que han dañado significativamente a las administraciones morenistas.
Tras el suceso, hubo una cascada de reacciones, algunas muy severas, como la del diputado del Partido Verde, Julio Javier Scherer Pareyón, y su padre, Julio Scherer Ibarra, quienes en un posicionamiento por escrito calificaron la era de Gertz Manero en la Fiscalía, como una de las más “oscuras” en la institución.
En el documento denunciaron que la Fiscalía se torció en manos de Gertz, porque convirtió la justicia en una “herramienta de intimidación, miedo y castigo”.
Basta recordar las diferencias y enfrentamientos que tuvo Gertz Manero con Scherer Ibarra, cuando éste fue Consejero Jurídico de la Presidencia, en la pasada administración. Disensos que llegaron hasta los tribunales.
Se va Gertz Manero con un premio de consolación, al exilio a “un país amigo” que seguramente será Alemania, nación con la que, por cierto, México no tiene tratado de extradición, por aquello de los pecados que le encuentren al ex fiscal General de la República.
Los pecados de Gertz Manero al frente de la Fiscalía General de la República fueron muchos y muy variados.
Durante casi siete años, su gestión estuvo marcada por diversas filtraciones de audios y documentos, opacidad, grandes casos sin sentencias, investigaciones que se diluyeron, se archivaron y se congelaron, en fin una parálisis institucional en ese organismo.
De personalidad controvertida y polémica, Gertz Manero utilizó a la FGR como una herramienta de persecución, venganza e intimidación, con nulos resultados, incapaz de cumplir con funciones esenciales, además de incurrir en tráfico de influencias, asociación delictuosa y coalición de servidores públicos, pero en nuestro México lindo y querido para el gobierno morenista No Pasa Nada.
De momento Ernestina Godoy queda como encargada de despacho de la FGR, en espera de su segura ratificación esta semana en el Senado de la República, con lo que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, podrá presumir que también tiene a su “fiscal carnal”. Quiúboles.




