HOMO POLÍTICUS
PAVE SOBERANES
- La Ciudad Menos Habitable de México
- Rebasó Fácil Urióstegui a Cuauhtémoc
- Donde se le Pique Brota la Corrupción
En tan sólo cuatro años, el gobierno de un solo hombre —y cómplices—, José Luis Urióstegui, hizo de Cuernavaca la ciudad menos habitable de México.
¡Y le faltan dos años en el cargo! Las pesadillas nocturnas en el cuauhtemato —el más ignorante de todos— se convirtieron a sudoraciones diurnas para los capitalinos de Morelos, en el uriostigato.
Un hecho de tránsito —violencia sistémica criminal— desvela la anarquía institucionalizada adrede: una mujer sufrió un accidente en la calle Matamoros, que hace esquina con Degollado, en el primer cuadro. La responsabilidad no es de la víctima de atropellamiento ni del operario del vehículo que la arrolló, sino de quien no previene desde la obligación, sin consecuencias legales.
Es más fácil que El Morelotes desaparezca a que el corrupto y corruptor Tribunal de Justicia Administrativa lo sancione. Imposible que la Legislatura 56 lo llame a cuentas.
La mujer yace en el suelo, ambas calles sin balizar, las esquinas invadidas por vendedores ambulantes, los semáforos sucios cuyas luces apenas se distinguen, sin agentes de vialidad que deben proteger a los transeúntes, andando de cacería de conductores de toda suerte de vehículos, para arrebatarles, literal y literalmente, su dinero…
Después de la mujer atropellada, aparece la figura de la autoridad que dejó de serlo: cualquier número importante de policías, no para hacer justicia, sino con fines extorsivos, recaudatorios, cumpliendo la institucionalización de robar el dinero de los ciudadanos hasta hacer una bolsa millonaria cada mes, y ser repartida. Tienen permiso para hacerlo, porque quien se baña con dinero socio, salpica.
¿Por qué el alcalde Urióstegui no baliza las calles? Por corrupción. A cualquiera le aplican el reglamento, aun sin cometer una falta, porque no conoce los límites del alto total ni dónde es la cebra del paso peatonal, porque no existen. ¿Por qué no hace respetar el derecho ciudadano del libre tránsito sin obstáculos que pongan en riesgo su integridad? Porque el vendedor de banqueta paga derecho de piso sin ingresar su cuota a tesorería municipal. El número de comerciantes ambulantes se ha triplicado, y va in crescendo. Los moches provenientes del consentimiento del ambulantaje, también.

Dice el presidente municipal, cuatro años simulando, dañando ciudad y ciudadanía, que falta firmeza en el tema del ambulantaje. El obús político es contra el acobardado secretario municipal actual —no contra el anterior, Carlos de la Rosa, corruptísimo—, que apenas puede mover sus voluminosas carnes sin responder, pero también contra el partido que lo postuló para alcalde, el PAN.
El trasfondo político —y electorerista— uriosteguista, es lo de menos. La ciudad duele. Las calles están destrozadas, las esquinas llenas de basura, las obras insignificantes, mal hechas. Como nunca, se han abierto cantinas. Cuernavaca es la ciudad del ruido. La salud mental se va deteriorando, y los casos contados se agravan. La decadencia debe ser castigada y el responsable sometido a juicio. Ya fue encontrado culpable por las familias de Cuernavaca.
La mujer que yace en el suelo —ya son tres los casos y no hay corrección gubernativa—, recuerda los casos de las muertes por frío de personas abandonadas por el DIF municipal en condiciones de calle, seis, en cuatro años. De todo ello, y lo que falta publicar, es responsable, único responsable, el presidente municipal de Cuernavaca, que después de tantos años de soñar con el cargo, ha hecho el peor gobierno que se tenga memoria, a la par de grandes negocios, porque donde se le pique, brota la corrupción.




