La presidente ha ordenado investigar el origen y, en su caso, posible financiación de los mensajes en redes que, dice, fueron contrarios a su gobierno y movimiento, con motivo de la salvaje golpiza a ciudadanos pacíficos con motivo de la marcha en contra de la inseguridad del pasado 15 de noviembre.
Un solo mexicano descalabrado debiera ser motivo de sus desvelos; un reclamo airado y fundado, un siniestrado urgido de ayuda, una madre de desaparecido, un mexicano sin medicinas y sin servicios de salud, pero no, ella entiende el gobierno como una lucha a muerte contra los que necesita señalar todos los días como sus adversarios. No gobierna para los mexicanos, gobierna para defender a su gobierno y partido de los molinos de viento de su populismo iliberal.
No ha ordenado investigar quién dio la orden de semejante abuso de poder y fuerza, no ha mandatado cambio de política alguno que busque hacer más eficiente la seguridad para los mexicanos, no hay investigación alguna en contra del Bloque Negro, su financiamiento, dependencia, protección, tampoco hay ninguno de sus miembros bajo arresto. Ni lo habrá.
De Carlos Manzo ya hicieron historia vieja, agarraron a un narco de poca monta y acusaron a los guardaespaldas del difunto, soltaron a la hiena de Noroña para maltratar cobardemente a su viuda, Grecia Quiroz. Su posicionamiento obligaría a Morena a postular una mujer a la gubernatura en Michoacán, sin muchas posibilidades por lo visto, lo que vendría a dar al traste a todo el arreglo de candidaturas a gubernaturas en 2027, dado el absurdo de hacer interdependientes por razón de género a elecciones uninominales y soberanas como son las de gobernadores.
Mientras, la inseguridad sigue, el Bloque Negro se mantiene intacto bajo un manto protector, el asesinato de Manzo es lejano pasado, jóvenes acusados de tentativa de homicidio el 15 de noviembre son también olvido inducido, pero la sed de sangre de sus opositores y su narrativa victimista de cara a la derecha internacional ocupa toda la atención y tiempo en su palacete, mientras el país va al garete y ella se prepara festejar su alicaída popularidad y desgobierno.
El campo arde, Adán se pavonea, el huachicol sigue impune, La barredora desapareció, los carritos de farmacia son el hazmerreír mundial… Y peor se va a poner.




