La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Lo grave es cuando la curva se vuelve laberinto de aprendizaje
Durante el periodo de Peñita, se acuñó la frase, atribuida a The Economist, “Peña no entiende que no entiende”, desde luego, para señalar su falta de sensibilidad política.
Ahora, Rosa Icela Rodríguez, declara todos los días ‘que no entiende (ya que no hay motivos, afirma) los bloqueos’ realizados por los productores agrícolas, con motivo de la nueva ‘Ley de Aguas’ aprobada por la aplanadora morenista y sus aliados.
Con cierta candidez, afirma que todas las peticiones de los trabajadores del campo, ya fueron recogidas para efecto de integrarlas a la ley señalada.
Habría que preguntarse: ¿sabrá algo la funcionaria de sembrar maíz, sorgo o de los ciclos de lluvia? ¿alguna vez Julio Berdegué ha tenido a su cargo una hectárea de frijol?
Los integrantes de la burocracia dorada, rara vez se han desempeñado en las funciones que les asignan, por ello, al detentar el poder, se asumen arrogantes para ocultar su ignorancia, es un problema histórico ante el desprecio por el Servicio Profesional de Carrera.
Así pues, si los y las responsables de producir alimentos siguen manifestándose, es porque lo aprobado trae ‘transitorios o letras chiquitas’ que afectan al sector. De seguir así, la titular de Gobernación, perderá interlocución (sino es que ya ocurrió), con los inconformes.
La pradera está seca y si le escatiman el agua, los ánimos serán, cada día, menos comprendidos por la señora. El tiro está cantado.




