José Luis Parra
El sol pega fuerte en Puerto Peñasco, pero no tanto como los intereses que se disputan la tercera fase del parque fotovoltaico, ese proyecto reluciente de la 4T que promete energías limpias, pero huele a licitación sucia.
De siete propuestas iniciales, tres fueron descartadas desde la entrada. ¿Motivo? Garantías. Claro, las del contrato, no las de imparcialidad. Luego, en la apertura de propuestas económicas, se hizo magia: desaparecieron otros tres. Y quedó uno. El afortunado será coronado (o no) este miércoles. O se repone el proceso, como quien reinicia un videojuego amañado.
Estamos hablando de 327 millones de dólares, no de un changarro de feria. De un megaproyecto solar con capacidad de 300 megawatts, que estuvo cinco meses en pausa y reapareció de la nada, bajo un nuevo esquema de contratación más turbio que transparente: Sistema de Contratación de Esquemas Especiales. Novedoso nombre, cero claridad legal.
Todo suena a pasarela para un ganador predeterminado. Se esfumaron consorcios con experiencia internacional, incluso con respaldo de empresas chinas. ¿Por qué? Porque el sol mexicano ilumina distinto cuando el reflector lo acomoda la familia.
En este caso, los rumores —que en CFE son tan creíbles como los contratos— apuntan a una prima de la directora general, Emilia Calleja Alor. Su familiar, Mercedes Alor, estaría impulsando al consorcio donde brilla, cual reflector en horario estelar, Manuel “Meme” Garza González, miembro del Grupo Salinas. Sí, el mismo del patriarca Ricardo Salinas Pliego.
¿Y quién quedó vivo en la contienda? La empresa Eléctrica Aselco, donde el señor Meme es socio. Problema: no acreditaron experiencia en obras de esta magnitud. Pequeño detalle. Otro detallecito: en el acta de apertura no se reveló el monto ofertado. Sí, omitieron ese dato menor que garantiza transparencia y competencia. ¡Bravo!
¿Y la CFE? Silencio solar. ¿Y la CRE? Mirando al cielo. ¿Y la Secretaría de Energía? Sacando selfies con paneles solares. Puro show para la foto mientras el fondo huele a tráfico de influencias, nepotismo y favoritismo descarado.
La energía limpia, sí. Pero las manos, bien sucias.
Cuarto de junto
La Canaco CDMX, en voz de Vicente Gutiérrez Camposeco, lo dijo sin rodeos: el T-MEC será inútil si México no atiende sus problemas estructurales. Inseguridad, incertidumbre regulatoria, falta de certeza jurídica, infraestructura deficiente… el combo completo para espantar inversión.
La 4T puede ponerle moño a sus megaproyectos solares, pero sin confianza, nadie invierte ni en una veladora. La inversión no se alinea por decreto. Se construye con reglas claras, licitaciones limpias y procesos sin parientes involucrados.
Porque si la luz que vendemos al mundo se genera entre sombras, vamos mal. Muy mal.





