NEMESIS
Fernando Meraz Mejorado
En estos tiempos decembrinos, los más coloridos del año, cuando se inician las heladas y soplan vientos que calan los huesos. Cuando de las cocinas emanan ricos aromas de ponche y en las mesas se sirven los primeros buñuelos. Cuando todas las calles brillan con luces múlticolores y salimos para vivir la magia de las tardes concurridas de la plaza de armas y otros paseos, gente que saluda feliz y entusiasta…
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Pero, como dijo el maestro Einstein “nada es absoluto”, en este diciembre también aparece la mitad oscura del ser humano.
Los Ángeles de la bondad se esfuerzan para luchar contra el paso de los espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición del humano. Allá está la guerra y también la tenemos aquí, acaso más sangrienta. El crimen organizado que ya no tiene suficiente con el narcotráfico, hoy recluta a jóvenes sin escuela, para que aprendan a matar, secuestrar, torturar, a fijar ciudades y pueblos entre dos fuegos, a vivir lo que ya no es vida.
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Así la corrupción y la miseria moral, en estos días que nos toca vivir, es como un río de espesas sombras que fluye silencioso, voraz, arrastrando consigo la confianza de un pueblo herido. Es un eclipse que apaga el sol de la justicia, dejando en su lugar un crepúsculo de desesperanza.
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Pero, insisto, “nada es absoluto, Nada es relativo. Es diciembre y los villancicos Navideños, abren nuestras almas, con todas las virtudes con que Dios dotó a los hombres y, todos a una escribamos nuestra propia carta.
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Es hora de que los gobiernos y actores políticos desarrollen políticas para acotar a las miserias, la corrupción y combatirla en todos los frentes. – oOo –





