• Reformas, piedras de contradicción
• Peña Nieto dice que asumirá el costo
Pasada la violencia callejera en el Zócalo de ciudad de México y de la conmemoración del 2 de octubre, la temperatura política empezó su proceso de ebullición en las cámaras del Congreso, amagado por el señor López Obrador – en una estrategia de desobediencia civil – de ser cercado para echar abajo la iniciativa de la reformas energética y fiscal, lo que pondría nuevamente en jaque a diputados y senadores, aunque el presidente Peña Nieto aseguró que asumirá el costo político porque, según él, los cambios son absolutamente necesarios para bien de los mexicanos.
Todos están calientes y a punto de hervir: la clase gobernante, la clase política y los seguidores de todas las corrientes, inclusive al interior de la izquierda donde hay profundos desacuerdos por las reformas que inició el presidente de la república.
Los panistas truenan porque la reforma fiscal del Presidente, de aprobarse por el Legislativo, “empobrecería” más a los mexicanos: Les dolió, como una muela careada, el intento de homologación del IVA en los estados fronterizos del norte, particularmente en Baja California, donde mantienen sus reales. Y ya adelantaron su voto en contra de toda la iniciativa de reforma hacendaria. Dicen no aceptar nada de las reformas impositivas.
El tabasqueño enfoca su cohetería en la iniciativa de reforma energética que, según él, abriría las puertas a la privatización, y entrega a capitales extranjeros, de empresas estratégicas como la Comisión Federal de Electricidad y, sobre todo, Petróleos Mexicanos. Insiste López Obrador, y en el foro sobre el tema organizado por el Senado de la República, recibió el apoyo incondicional del ex gobernador del Distrito Federal, Marcelo Obrar Casaban, quien no renuncia a ser elegido presidente del Comité ejecutivo perredista.
En el Palacio Legislativo de San Lázaro, el coordinador de Movimiento Ciudadano (enclave lopezobradorista en las curules de la derecha del salón de plenos del recinto legislativo), Ricardo Monreal Ávila, denunció presuntos acuerdos entre PRI, PAN y PRD, fuerzas mayoritarias en la Cámara de Diputados, para aprobar las reformas hacendaria, energética y político-electoral. Esta última, presentada por el PAN.
“Es un juego donde todos ganan y la nación es la que pierde”, dijo Monreal Ávila en declaraciones a la prensa al término de la reunión de la Junta de Coordinación Política (Jucopo). Y expresó el respaldo del MC al movimiento de López Obrador. Pero el coordinador del PRD, Silvano Aureoles Conejo, recordó que su partido impulsa que cubran más impuestos quienes más ganan y calificó como irresponsable, demagógica, oportunista y electorera la campaña que inició el PAN el pasado fin de semana para no pagar impuestos.
Los ataques de Silvano al partido albiceleste fueron contundentes, cuando acusó de que, en los 12 años que ese partido estuvo al frente del gobierno federal (2000-2012), siempre mantuvo la pretensión de gravar con IVA a alimentos y medicinas. Fue apoyado por la vicepresidenta de la Cámara, Aleida Alavez Ruiz (PRD), quien advirtió que se deben corregir las propuestas del Ejecutivo respecto a un nuevo seguro de desempleo y la pensión universal para personas de 65 años, para que los recursos que se destinen a dichos rubros corran a cargo del erario.
Pero en Bali, Indonesia, en donde participa en la Cumbre de la APEC Peña Nieto aseguró que está dispuesto a asumir la responsabilidad y “el costo político” que representen sus propuestas reformistas, “importantes reformas que van a favorecer que México pueda desplegar su potencial y capacidad”.
Y los paisanos del Benemérito de las Américas porfían en permanecer en el Monumento a la Revolución. ¡Ay, México!
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